La banda sonora
The last of us (Naughty Dog, 2013) es otro ejemplo reciente de videojuego cinematográfico –e hiperrealista–, que un grande como Borja de Basauri podría definir como “The road a lo Walking dead”, o Cormac McCarthy a lo survival horror: escenarios “desastróficos” por los que sobreviven una chavalita postapocalíptica, y un adulto preapocalíptico, teniendo encontronazos con los “infectados”, humanos zombificados por un hongo raro. El poder/efecto hollywood aquí puede ser el hecho de que TLoU se anuncie por televisión como si de una película se tratara. Pero el poderío de la industria del ocio interactivo queda patente en el hecho de permitirse el fichar para componer la banda sonora del juego ni más ni menos que al argentino Gustavo Santaolalla, doble oscarizado por los scores de Brokeback Mountain y Babel. A Santaolalla podría unírsele el estajanovista Hans Zimmer, con estatuilla por El rey león que en 2009 compuso la BSO de Call of Duty: Modern Warfare 2. Y a estos añadimos, bastiendo este definitivo totum revolutum creativo actual, músicos que no tienen Oscar ni falta que les hace puesto que trabajan en un vehículo tan o más sexy que el videojuego como es la teleserie. Daniel Licht, autor de la BSO de Dexter –en especial de su sugerente tema de cierre–, pondrá música a Dishonored, o el talentoso Ramin Djawadi, que firma una BSO conspiranoica como la de Prison Break, hará lo propio con Medal of honor: Warfighter. Mención aparte merece Normand Corbeil, que además de musicar el remake de V, ha sido músico de cabecera de Quantic Dream ( Heavy Rain, Kara), no pudiendo acabar la banda sonora para Beyond: Two souls al sufrir un game over prematuro a causa de un cáncer. R.I.P.
Algunas características propias del trabajo en este territorio mutante nos las indican los propios compositores. Una de las diferencias que resalta Santaolalla es la duración: “Una película viene a durar dos horas y ahí tienes unos veinte minutos de música; el juego dura unas veinte horas, he presentado alrededor de dos horas y media de composición y se usó toda... Me dieron muchísima libertad, pude hacer todo lo que quise; y cuanto más lejos me iba, más experimental, más les gustaba.” Por su parte, el compositor Brian Tyler, responsable del soundtrack de CoD: Modern Warfare 3 aporta una reflexión curiosa sobre la conexión entre juego y soundtrack. Al poderse dar múltiples combinaciones de acciones y escenas, el score nunca sonará del mismo modo dos veces. “Me gusta ver a gente jugando a Call of duty, es como estar viendo un DJ remezclando mi música”, apuntaba Tyler.