Poner el yo en plural
El nosotros
Es imposible ser solamente un individuo. Sólo se puede mantener la ficción del individuo autosuficiente viviendo contra el mundo y contra los otros. El consumidor, el emprendedor, el votante, el espectador o el ciudadano, son las figuras de este individuo agónico e imposible. Tanta historia recorrida, y todavía no hemos aprendido a decir nosotros. En las sociedades modernas occidentales, nosotros es un pronombre personal que no nombra una realidad sino un problema: el problema no resuelto desde el cual se ha escrito toda nuestra historia política, tanto en sus momentos constructivos, como en los destructivos. Motor de utopías y de resistencias, de movimientos colectivos de emancipación y de transformación social, el nosotros ha sido también la sombra de terror a par-
En las sociedades modernas occidentales, ‘nosotros’ no nombra una realidad sino un problema Motor de utopías, pero también sombra de terror desde la que se han discriminado religiones, culturas...
tir de la cual se han enfrentado banderas y se han discriminado religiones, culturas o colores de piel. ¿Cómo poner el yo en plural? ¿Y cómo hacerlo sin asfixiarnos?
En el mundo global, la experiencia del nosotros queda neutralizada bajo tres configuraciones peligrosas de la vida colectiva. En primer lugar, la sociedad como suma de yos, es decir, la concepción de la sociedad comouna suma de exis-