Otro giro autobiográfico de Pàmies
La muerte de los padres y los héroes familiares, las relaciones de pareja y la comunicación con los hijos en veintiséis cuentos sin vergüenza
La misma semana en que murió su madre, Sergi Pàmies publicó en las páginas de este diario un artículo impresionante sobre el entierro del tío Joaquín, hermano de su padre. Los padres de Sergi Pàmies, por si alguien no lo sabe, son la escritora Teresa Pàmies y el político Gregorio López Raimundo, vinculados al PSUC y –en palabras del propio Pàmies– al comunismo internacionalista. Quien leyó hace tres años La bicicleta estàtica (2010) y quién leerá ahora Cançons d'amor i de pluja, quien le ha seguido desde la época en la que sus libros no tenían rendijas autobiográficas y presentaban situaciones abstractas con personajes que no se le parecían, ya sabe el nudo de sentimientos que esconden algunos de los mejores cuentos que ha escrito. Hablar de un tío guapo, de un tío sociable, de un tío que pocos días antes de morir se zampa unos huevos fritos, era una manera de exorcizar el dolor por la decadencia y la muerte de los padres, y por no acabar de entenderse con ellos. Una manera de aceptar el legado automático que lleva a repetir gestos y costumbres y la necesidad de recharzarlos, la obsesión de no repetir con los propios hijos lo que se vivió en casa, querer ser normal, y serlo o no a base de limitarse, de conformarse, de minimizar los impactos negativos de la vida. En aquel artículo escrito poco después del entierro en París, cuando era la madre la que se moría en Barcelona, el tío Joaquín aparecía como un héroe, uno de los pocos héroes completos de su literatura.
Uno de los textos más intensos de Cançons d'amor i de pluja, “El nínxol”, recupera esta historia que
Vertebrado a partir de cuatro historias de amor, pensado en todos sus detalles, más directo, claro y abierto
me impresionó cuando se publicó en forma de artículo, el 16 de marzo del 2012. Reconstruye la historia familiar, la muerte del tío Antonio, en un incidente absurdo en los primeros días de la guerra de 1936-1939 (que Pàmies examina con una lógica propia, sin la costra de la política y del mito familiar), y establece un vínculo entre la generación de los padres y la de los hi-