Unacena inglesa
Acontecimientos inesperados se precipitan en una mansión campestre cuando la familia se dispone a celebrar una fiesta
En algún lugar de Gran Bretaña, a comienzos del siglo XX hubo una familia, los Torrington, a cuyo patriarca, el fallecido Horace Torringon, le fueron tan bien los negocios que le permitió adquirir la mansión llamada Sterne, donde se instaló con su familia sin abolengo, la esposa Charlotte y sus tres hijos, Clovis, Emerald y la pequeña Smudge. De repente el patriarca muere cargado de deudas, la viuda se vuelve a casar con el abogado Edward Swift, manco del brazo izquierdo por un accidente de calesa, y los hijos y las circunstancias familiares muestran los signos del tiempo. Para nosotros la historia empiezaen 1912, eldía en que Emerald Torrington cumple 20 años y la familia se dispone a celebrarlo con una cena, a la que el padrastro no podrá asistir porque estará inexcusablemente en Londres negociando la salvación o la pérdida de Sterne. Una amenaza de cataclismo íntimo que pende sobre las cabezas de la familia, servidumbre e incluso los animales de la un tanto declinante mansión eduardiana.
Con estos mimbres, se les añade una joven amiga de Emerald, Pa- tiente, su tímido y atractivo hermano Ernest y un adinerado vecino que busca hacerse visible a los ojos de la chica veinteañera y casadera. Jane Austen, las hermanas Brontë o Elisabeth Gaskell hubieran podido muy bien armar alguna de sus novelas clásicas inglesas. ¿Por qué no? Sadie Jones (Londres, 1967) los utiliza para urdir la trama de su tercera novela, Huéspedes inesperados ( The uninvited guests, 2012). Noconozco lasdos primerasficciones de Jones, y ni seme pasa por la
Jones se las ingenia para que la obra sea ingeniosa, humorística, seria, romántica, gótica, banal, surrealista...
cabeza la estúpida idea de establecer otros vínculos que los señalados por la tradición entre la narradora londinense de hoy y la georgiana Jane Austen. Para empezar diré que la historia que Jones desarrolla en su libro con un muy hábil despliegue de recursos, me ha procurado unas horas de lectura francamente distraída y en