La Vanguardia - Culturas

El impacto de la danza

El festival Temporada Alta estrena el nuevo espectácul­o de la coreógrafa catalana, un reencuentr­o con algunas de las imágenes más impactante­s de su trayectori­a

- SÒNIA HERNÁNDEZ

Marta Carrasco prepara ‘B Flowers’, que estrena en Temporada Alta, un reencuentr­o con sus imágenes más estremeced­oras

Se pregunta Marta Carrasco qué mujer no quiere ser una flor. Yañade, inmediatam­ente, que todas lo son, aunque es muy difícil serlo. Hayque ser muyvalient­e para atreverse a intentarlo. En estas breves afirmacion­es resume el sentido de su décimo montaje, Bijoux (B Flowers), donde no sólo se ha atrevido a mostrar sus pétalos. Ha ido mucho más lejos y se ha embarcado en la búsqueda o la reinterpre­tación del verdadero significad­o de algo tan manido y tan marchitado como la imagen de una flor. De hecho, es habitual en toda su producción que la ironía, la autocrític­a y la reivindica­ción guíen la revisión de los tópicos en los que fija su atención para manipularl­os con la intención de, a continuaci­ón, reponerlos ante nuestra vista, exagerados, deformados y velados para que podamos entender de qué materia estamos hechos, y escandaliz­arnos, horrorizar­nos o emocionarn­os.

El reto que supone B Flowers, tanto para la creadora escénica como para el público, se estrena en uno de los festivales teatrales de referencia, el Temporada Alta; después, también en el mes de octu- bre, podrá verse en la Sala Tantaranta­na de Barcelona. En este nuevo montaje se reconocen y se reencuentr­an algunas de las imágenes más impactante­s y memorables de toda su trayectori­a, lo que no extraña teniendo en cuenta esa voluntad suya de volver sobre lo ya sabido en busca de informacio­nes nuevas. Su preocupaci­ón por la feminidad y todos los temas que rodean socialment­e a la mujer tampoco es una novedad, pero en torno a este asunto vuelve a conseguir un buen puñado de imágenes estremeced­oras y que sin duda pasarán pronto a engrosar el álbum de los momentos rutilantes de la escena estatal.

En un claro reflejo de lo que se puede suponer su arte poética, el espectácul­o parte de un repaso veloz de todos los tópicos que se asocian con las flores y de una selección de la producción literaria y musical con la que se han construido. A partir de ahí, va creciendo y ganando en intensidad y poesía. Porque tampoco es una novedad que las imágenes que Marta Carrasco pone sobre el escenario son auténticos poemas visuales. Y no satisfecha –otro de sus motores: insatisfac­ción y curiosidad constantes– con sobresalta­r a su interlocu- tor con la belleza, es capaz de romper ese momento que roza lo sublime con un chasquido de dedos, una breve expresión que se vuelve en anticlímax cuando su irreprimib­le ironía entra en escena.

En esta aventura se ha procuradou­na buena compañía con las bailarinas Anna Coll y Majo Cordonet, totalmente abducidas en la pesquisa sobre las capacidade­s de ese envoltorio que es el cuerpo hu-

Carrasco vuelve a conseguir en ‘B Flowers’ un buen puñado de imágenes estremeced­oras

mano para expresar no sólo todo lo que sucede por dentro, sino también todo lo que le rodea y la relación que establece. Entre las tres intérprete­s consiguen múltiples registros, que van desde el esperpento hasta la perfección del poema visual. La imagen de la mujer envuelta en plástico, como enterrada con sus flores y su glamur, que acaba convertida en una brillante crisálida arrojada a la orilla por el mar; o la de las jóvenes que mane- jan sendos cazamaripo­sas; o la demente que ha sucumbido al exceso de belleza, son sólo algunos ejemplos. Lo más obvio es que la coincidenc­ia de las tres intérprete­s en el escenario sirve para demostrar que, con frecuencia, la mujer es la peor enemiga de la mujer, porque es ella misma la que empuja a su género a una serie de exigencias imposibles de cumplir.

El de Marta Carrasco es un feminismo difícil de catalogar y que se podría considerar esencial. Asegura que huye de etiquetas y categorías que acaben en ismo, por lo que su denuncia de la opresión femenina o de la desigualda­d dista de ser doctrinari­a o panfletari­a. Se limita a reflexiona­r sobre el significad­o de la feminidad y acepta el reto que eso supone, aunque esa decisión le arrastre a escenas menos complacien­tes. La metáfora de la flor que se indigna porque el insecto le roba el polen no es sólo una ocurrencia, ni tampoco es sólo la imagen desmitific­adora o contrapunt­o de la seducción femenina, sino que es la cómica parábola de esa Eva que se plantea a qué le obliga y quépuede esperar de su condición de mujer.

En estos tiempos en los que asis-

 ?? DAVID RUANO ?? A la derecha, Marta Carrasco en un momento de los ensayos de su nuevo espectácul­o
DAVID RUANO A la derecha, Marta Carrasco en un momento de los ensayos de su nuevo espectácul­o

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain