Ética para el momento actual
Dos importantes autoras españolas, especializadas en filosofía práctica, recapitulan los principios que deben guiar la lucha por el progreso
Dos ejecutivos medio disfrazados de surfistas se lanzan bolas de papel y ríen despreocupados mientras sus colegas los jalean con serpentinas y confeti. Ese es el espectáculo habitual en la televisión: adultos actuando como niños malcriados. Unsigno más de la incoherencia y desorientación de nuestros tiempos. Terreno abonado para apocalípticos, anunciadores del retorno de Dios, y magos del bienestar. No es extraño, pues, que sean recurrentes las apelaciones, también, a la ética. Se dice, no sin razón, que todo nos iría mejor si se consolidara un ethos común. Pero ¿qué significa esto?
Victoria Camps y Adela Cortina llevan décadas publicando, impartiendo clases y conferencias, con un ojo atento a lo que sucede en el mundo. Coinciden hoy en los escaparates sus dos últimos libros, ambos sobre la tan necesitada ética, ambos muy alejados de los manuales de autoayuda que acaban bana- lizando todo lo que tocan. Dos libros serios que, sin embargo, respetan al lector, sin pedagogías facilonas, retándolo a entender asuntos complejos y evitando las descortesías terminológicas tan habituales en el gremio académico.
Progreso moral y cultural
“Mientras existan principios y razones bien formulados desde los que criticar las tropelías morales y los atropellos contra los derechos humanos, tendremos un asidero al que agarrarnos para seguir luchando por el progreso de la civilización”, concluye Camps en la introducción a su Breve historia de la ética. El progreso moral y cultural es el punto de mira de este manual para estudiantes que sirve también como introducción para legos, que no lerdos. Recuerda el célebre Vida y muerte de las ideas de Valverde, por la claridad de su repaso a la historia de los pensadores morales. Cuatro décadas de docencia y estudio destiladas en algo
más de 400 páginas de filosofía práctica, en el sentido más noble del término.
La ética es proyección hacia el futuro desde el conocimiento del pasado. Camps repasa los casi 2.500 años de historia de la ética, las múltiples y contradictorias tentativas de entender, de buscar una manera de vivir con uno mismo y con los otros. Hallamos en nuestra historia intelectual caudales de sabiduría que aún mueven los molinos del presente. Para eso debe de servir la ética, para alimentar las dudas y vivir mejor, sin dogmatismos ni pereza.
Aquí enlazamos con el acercamiento en clave utilitarista (como reza el título de su libro) de Cortina. Ocuparse de la ética no es gratuito, ni una declaración de buenas intenciones, sino que nuestras vidas resultarían más económicas
Nuestras vidas resultarían más económicas si los vínculos éticos sustituyeran las relaciones mercantiles que nos colonizan
(en dinero y en dolor) si los vínculos éticos sustituyeran las relaciones mercantiles que casi han colonizado plenamente nuestra vida pública y privada (como también señala Sandel en el reciente, Lo que el dinero no puede comprar, Debate). El ejercicio de Cortina es de filosofía pública, o sea, una respuesta a las demandas del momento, a problemas concretos, a la crisis general de valores, recursos e ideas. A partir de ejemplos y situaciones por todos conocidos, se desgranan los términos centrales para la vida buena: el carácter, la justicia, la cooperación, el cuidado y el respeto. No bastan las leyes, ni el aparato coercitivo del Estado. Las ciudades requieren de ciudadanos virtuosos, amables, comprometidos y cívicos. Buenas ideas, efectivamente; pero sustentadas aquí por mejores razones, a las que no se plegarán claro está aquellos que antepongan siempre a todo su interés individual.
En ambos volúmenes emerge la personalidad de Camps y Cortina, ambas catedráticas, en la Autónoma de Barcelona y Valencia, respectivamente. Un carácter decidido, sobrio, dispuesto a aclarar los entuertos conceptuales, expresado en una escritura poco o nada narcisista, puesta al servicio del tema, expeditiva, pragmática y resolutiva. Las más notables representantes de la filosofía práctica de su generación, no solo nos explican la ética, sino que la muestran (en expresión de Wittgenstein). La ética es siempre lo que “debería ser”. Lo mismo cabe decir de estos libros que aquí recomendamos.