La Vanguardia - Culturas

El poeta y el rock’n’roll

- SERGI SIENDONES

Para Lloyd Cole (1961) no hay una gran diferencia entre el trabajo de un poeta y el de un cantautor. De hecho, para trabajar en su letras Cole usa el procesador de textos Scrivener, pensado para escritores. Un detalle que demuestra su preocupaci­ón por la composició­n de las canciones, una preocupaci­ón que decidió dejar de lado al escuchar el último disco de Bob Dylan, Tempest. “Dylan lleva como cincuenta años haciendo lo mismo, y yo me preocupo demasiado sobre qué tipo de música tengo que hacer. Escuchar la vitalidad de Tempestmea­nimó a no preocuparm­e, a simplement­e trabajar, dejarme llevar y hacer lo que me viniera en gana”, explica el músico inglés afincado en Estados Unidos. “Me ayudó a escribir las canciones más rápido en lugar de pensar tanto”. El resultado es Standards, el mejor disco de Cole en solitario, que el autor presentará el próximo día once en la sala Music Hall de Barcelona.

La carrera musical de Lloyd Cole arrancó en 1984 con Rattlesnak­es, el legendario debut de su antigua banda The Commotions, un trabajo que contenía numerosas referencia­s literarias y culturales del movimiento pop, de figuras que iban desde Simone de Beauvoir a Truman Capote o Joan Didion. Mucho tuvo que ver en eso

Desde los años 80, la carrera de Cole ha dado muchos tumbos; ‘Standards’ es su mejor disco en solitario

que la banda se conociera en la universida­d de Glasgow, donde Cole estudiaba Filosofía y Letras. “Las referencia­s culturales son algo muy natural para mí”, cuenta Cole. “No es que me inspire en libros o películas concretas, pero cuando pienso en cómo describir algo muchas veces se me viene a la cabeza la escena de alguna película, el pasaje de algún libro o alguna pintura o disco. Las alusiones a otras obras dan mucha informació­n y conectan a gente muy diferente, y es por eso que las sigo usando –en Standards aparecen citas musicales de Television yU2–, porque dicen mucho en poco espacio”.

Desde aquellos ochenta, la carrera de Lloyd Cole ha dado muchos tumbos. Tras dos discos más, The Commotions se disolvió y Cole arrancó su camino en solitario, con algún que otro proyecto conjunto por en medio, como la banda The Negatives a finales de los noventa. “Necesitaba sentir que nadie dependía de mí”, dice refiriéndo­se a la ruptura con The Commotions. “Para mí el hecho de no tener banda estable es muy importante, porque no quiero trabajar con un solo grupo. Muchas de las ideas que tengo son para gente diferente y soy muy afortunado porque eso me ha permitido conocer a muchísimas personas interesant­es”. Y añade: “Si tienes una banda y haces un álbum sólo con tres de ellos, y los otros dos se quedan sentados mirando, serán infelices, habrá fricciones. Por eso para mí es mejor no tener grupo. Aunque, claro, eso supone que tienes que conseguir uno a la hora de irte de gira y el resultado sobre el escenario nunca es tan natural”.

Habitual jugador de golf desde que sus padres trabajaron en un club en el 74 (a mediados de los noventa alguien le dijo en Barcelona: “You sing better than you swing”), los últimos trabajos de Cole lo habían convertido en un autor mucho más cercano al folk que al rock. Algo que su último trabajo revierte. Porque Standards es claramente un álbum eléctrico (“hay una sola guitarra acústica en todo el disco”), un álbum de rock clásico, sereno y atractivo, con guiños a Nick Cave y los primeros Stones.

Grabado en su casa de Easthampto­n, en Nueva York y en Los Ángeles, donde se desplazó para trabajar con el batería Fred Maher y el bajista Mathew Sweet (los mismos con quienes trabajó en su primer trabajo en solitario en el 89), para Cole este es un disco de involuntar­io rock and roll, y cuando dice rock and roll habla de la música de su generación, “The Velvet Undergroun­d, Television, The Beatles... y no derivacion­es como esa banda de metal que escuchan los chicos del pueblo donde vivo en Massachuss­ets, Killswitch Engage se llama. El rock ha cambiado mucho en los últimos veinte años”.

Hay algo de vuelta a sus orígenes en Standards, y ese algo le sienta muy bien. Tan sólo hace falta escuchar y ver el vídeo de Period Piece (“aquellos fueron los mejores tiempos”, canta) para comprobar que Cole se ha vuelto a sentir joven, pese a que la imagen que le devuelve el espejo no diga lo mismo...

 ?? INMA SAINZ DE BARANDA / ARCHIVO ?? Lloyd Cole durante su concierto en Sant Feliu de Guíxols en el verano del 2011
INMA SAINZ DE BARANDA / ARCHIVO Lloyd Cole durante su concierto en Sant Feliu de Guíxols en el verano del 2011

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