Unaheroína trágica
ElXIX catalán fue un siglo convulso, de revueltas y represiones; el país cambió y también la vida de Mariona, la protagonista de este relato
La historia, en general, y la historia de las revoluciones, en particular –diceLenin–, es siempre más rica, variada, multilateral, viva y astuta de lo que imaginan los partidos o las clases más avanzadas. Y es que la revolución se activa en un momento de excepcional tensión de todas las facultades humanas, por la conciencia, por la voluntad, por las pasiones, por la fantasía de miles de hombres.
El XIX catalán fue un siglo de revueltas espontáneas y rebeliones organizadas; de reclamaciones insatisfechas, modificaciones parciales e intentos abortados de cambiar el orden establecido; de violencia y represión. La época del resurgimiento económico, social y cultural; de reivindicaciones políticas, de enfrentamientos armados y luchas callejeras. La histo- ria nos informa del desarrollo agrario e industrial, del surgimiento de la nueva burguesía y el proletariado obrero, de los movimientos intelectuales y la Reinaxença; del agrandamiento de Barcelona y los nuevos servicios públicos; de las alternativas entre realistas y liberales, de los orígenes
Pilar Rahola nos brinda una lección de historia con hechos y fechas, recuperando la voz de los olvidados
del regionalismo, del bienio progresista, de la República; del catalanismo popular, de la revolución de 1835, las Bullangues de Barcelona, la guerra de los Matiners, la revuelta de las levas; de presiones y transformaciones.
Pilar Rahola (Barcelona, 1958) nos da una lección de historia (como ya hizo en su magnífica El carrer de l’Embut), con hechos, nombres y fechas; recuperando la voz de los olvidados (las canciones, los relatos, la experiencia de mil batallas), que aguardan –dice Menéndez Pelayo– el son de la trompeta que los levante del sepulcro. Y resucita nombres –Anselm Clavé, Ildefons Cerdà, Valentí Almirall– y lugares –Gràcia, Sants, Sant Andreu, Sant Martí, el Maresme, Terrassa, Manresa, Olot, el Empordà–, a la vez que nos introduce en la ruidosa vida pública y la intimidad privada. Así, intenta mostrarnos la rica, variada, multilateral, viva y astuta trayectoria de los catalanes, en unos momentos de excepcional tensión. Licenciada en Filología Hispánica y Catalana, exdiputada en el Congreso y exteniente de alcalde de Barcelona; con abundante y diversa experiencia (artículos, tertulias, seguimiento de conflictos bélicos) en los medios de comunicación nacionales (actualmente colabora en La Vanguardia, 8tv, RAC1, Onda Cero) y extranjeros; luchadora por distintas causas (soberanía catalana, contra el antisemitismo, liberación de la mujer, defensa de los animales); con numerosos premios internacionales por su capacidad de comunicación ycompromiso público; autora, entre otros de un libro sobre la adopción de su hijo, traducido a diversos idiomas, y una biografía de Artur Mas; miembro del Consell Assessor per a la Transició Nacional. Pilar Rahola sabe que no hay miradas inocentes, ni lugares incontaminados, ni realidades puras. Por eso, no sólo describe, quiere dar claves de comprensión. Y lo hace con una escritura transparente, con redundancias buscadas y códigos compartidos, con un acopio de datos y un efecto de realidad que se inspira en Galdós y gana el crédito de los lectores. También, a través de una heroína carismática, con ecos de Rodoreda, Mariona, nacida en Gràcia, de origen menestral, que, entre el 1845, fecha de su matrimonio con un obrero textil, hasta el 1870, cuando mandan al nieto a la guerra, sufre en su mente y sus carnes los embates de un siglo cruel y lúcido, que la despierta y transfigura en una especie de Marianne autóctona –fogosa y guerrera, a la vez que pacífica, nutricia y protectora– que, como la francesa, representa la conciencia liberal y los valores de la República.
Mariona es el reflejo de una voluntad esclarecida y triunfante, de una fortaleza intrépida y generosa. Mariona es una heroína trágica, sin un Dios, una Razón o un Estado que avalen su intuitiva, contradictoria y peligrosa aventura. Vale la pena conocerla.