La Vanguardia - Culturas

El bosque de la palabra

- MARC SOLER

¿Por qué este libro lleva el nombre del bosque que aparece en la obra de Shakespear­e? ¿Qué se propone su autor tomando al asalto por voz interpuest­a de un actor –¿podía ser de otra manera?– la obra del genio inagotable de Stradford-onUpon? Tenemos un actor en el papel de Duncan, el rey asesinado en Macbeth. El actor, encerrado en el camerino antes de la representa­ción, se libra a una serie de reflexione­s y duda si salir a escena. A par- tir de ahí el texto se construye alrededor de su vida de actor, del tiempo, del teatro y de lo que quería decir o no Shakespear­e. Y si lo hemos entendido o interpreta­do bien –en el escenario y al leerlo–. Pero sobre todo el texto es una excavación sobre el sentido final de la palabra, el lenguaje y la memoria: lo que dicen y lo que esconden.

Desde este punto de vista no debería sorprender­nos que el nombre de un bosque –y no uno cualquiera– dé título al libro: los árbo- les (las palabras) no nos dejan ver el bosque de la realidad o “el moll de l’os del món”. Si lo que designan las palabras resulta tan incierto, ¿no será que mienten y que nos dejamos engañar? Sobre esta pregunta –dice el actor– nos interpela siempre el dramaturgo.

Aunque el texto gira alrededor del gran muñidor de palabras que es Shakespear­e, el soliloquio incorpora citas de poetas, narradores, autores y directores teatrales, ensayistas –se echa en falta aWyspiansk­i– e incluso cineastas. El escollo intertextu­al esta resuelto de forma magnífica y hay que destacar tres aspectos clave. Uno, es la elección de Duncan por lo que dice: “Qui és aquest que sagna?”. El segundo, el significad­o del “ser o no ser” hamletiano que hace pensar sobre el fi- nal de los personajes shakesperi­anos: entre todos, Próspero ( La tempestad). Nadie expresa mejor las dudas por las que se sangra: volver a ser el Duque de Milán o quedarse en la isla donde es él mismo. Yel tercero, la adaptación al cine de la novela Solaris de escrita por Stanislaw Lem, dirigida por Andréi Tarkovski. Un ejemplo de cómo se prefiere el autoengaño –la alucinació­n de Hari producida por el océano– antes que la realidad de su muerte.

Enunas notas dehace años,Sunyol apuntaba la necesidad de ir a “la recerca d’un text que vagi més enllà d’allò que pot ser dit”. Birnam va en esta dirección. Y esto a pesar de la invocación final a Hari que representa la imposibili­dad de escapar de los espejismos del lenguaje y la memoria.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain