Unhéroede la Renaixença
Verdaguer y su tiempo
La figura de mosén Cinto Verdaguer ha sido objeto de estudio en los últimos años, para examinar el papel que desempeñó en la cultura y la sociedad catalanas del siglo XX. Han surgidotambién un intento de novelar su vida, por parte de Isabel-Clara Simó, con El mossèn (1987), centrada en el episodio de los exorcismos, que incluso dio lugar a una radionovela de Catalunya Ràdio.
En la obra de Andreu Carranza, el caso Verdaguer no es el centro del relato, que tiene voluntad panorámica. El libro está pensado para un lector que sabe muy poco o casi nada sobre Verdaguer: es informa- tivo, descriptivo y explicativo. Un entretenimiento amable, con unas gotas de crítica social, de discurso nacional (la idea del poeta del pueblo) y una reivindicación de mosén Cinto, ante los judas: sus primos Joan Güell y Narcís Verdaguer i Callís que lo traicionaron, los obispos Morgades y Català que le persiguieron, los marqueses de Comillas que se desentendieron de él, y todos los poderosos y envidiosos que le ningunearon. Del otro lado, dándole apoyo, Gaudí y Picasso: la tragedia de Verdaguer pasada por el modelo Barcelona.
Antes de llegar a esta reivindicación, el libro presenta a Verdaguer como seminarista antojadizo y violento, canta glorias literarias y éxitos mundanos, rodeado de lujos en el Palau Moja. El narrador comenta las escenas, de difícil resolución (la charla con Gaudí en el piso de la calle Canuda), que a menudo se le escapan de las manos.
Frente a obras como El poeta del poble, cada vez más habituales en las librerías, la pregunta no es tanto si es buena literatura, sino, simplemente si se trata de literatura o si deberíamos estar hablando de otra cosa. En el caso de AndreuCarranza esta otra cosa funciona de