Carme Riera reescribe ‘La sirenita’
Y recupera el libro que la lanzó en 1975: ‘Te deix, amor, la mar com a penyora’
Una de nuestras primeras espadas, eso es Carme Riera, una narradora de fuste que ha construido libro a libro una de las trayectorias más sólidas de nuestra literatura (y no tan sólo de pluma de mujer) y a la que da tiempo a todo. “Soy adicta al trabajo”, confiesa, “pero se trata de un defecto, no de una virtud”. Defecto o virtud, su dedicación le permite dar clases, impartir conferencias aquí y allá, asistir los jueves a las reuniones de la RAE e incluso comisariar la exposición sobre el archiduque Luis Salvador de Habsburgo que acaba de inaugurarse en el Casal Solleric de Palma y que ya fue comentada en estas páginas (14/II/2015).
Por suerte para los lectores y las lectoras, su agenda le deja hueco también para escribir. De manera que tras su último libro, las memorias de infancia Tiempo de inocencia, llega a las librerías –es decir, a todas excepto a esas 912 que han cerrado este año– una nueva obra que hasta los adultos leerán con placer (y unas cuantas sonrisa de complicidad, se lo aseguro), aunque se trate de un libro destinado sobre todo a niños y jóvenes, género que ya había cultivado con títulos como El gos màgic o El maravellós viatge de Maria al país de les tulipes.
La veu de la sirena es una versión libérrima del célebre cuento de Andersen conocido como La sirenita, que junto a otros como El patito feo, El traje nuevo del emperador o Las zapatillas rojas, convirtieron al danés en un vivero de histo-
“Me he tomado bastantes libertades y he utilizado el humor, tan necesario para la vida y la literatura”
rias sin fecha de caducidad, acaso sólo comparable, salvando las distancias, al inagotable manantial de la mitología. He dicho libérrima, sí, porque en parte poco se parece su sirena a la original.
Riera admite que su mujer-pez es un tanto peculiar: “Aunque se trataba de seguir las directrices fundamentales de Andersen, me he tomado bastantes libertades y he utilizado el sentido del humor, tan necesario para la vida y también para la literatura”. Comosabemos que uno de sus rasgos principales es la ironía, no nos sorprende que se haya servido de este recurso para reinventar el relato clásico y librarlo de su corsé, ceñido con las cintas del más rancio romanticismo.
“Després d’Andersen, que no sempre encerta la veritat, Walt Disney va endolcir el relat i el va aprofitar per portar-lo al cine, divulgant-lo encara més”, escribe Riera en el arranque del cuento. La sirena ya no es ni siquiera princesa en la actual versión, y, lejos de ser educada en las tareas doméstica, ademásde entrenarse como nadado-
La nueva sirena se entrena como nadadora profesional y ha recibido una buena educación