Quince meteoritos pop
Astutamente secuenciado en orden cronológicamente inverso, del presente hacia los orígenes, el triple CD ‘Nothing has changed’ (Parlophone-Warner) oferta la más amplia retrospectiva de Bowie hasta la fecha, incluyendo selectas tomas inéditas y, por vez primera, canciones anteriores a 1969. Hay versiones abreviadas en doble CD y vinilo. Aquí, una criba. Sue (or a season in crime) (2014) Aires de Kurt Weill y acompañamiento de turbio jazz –la orquesta de Maria Schneider– para su inquietante nuevo single, que completa la también perturbadora Pity she was a whore. Slow burn (2002) Originalmente en el intenso Heathen, álbum que señaló un retorno a su propia expresividad y la recuperación del productor Tony Visconti. Shadow man (2001) Desechada en 1971 para Ziggy Stardust, reaparecía en el álbum no publicado Toy, donde regrabó piezas de sus inicios. I’m afraid of americans (1997) Paranoia imperialista que destaca en Earthling, donde Bowie converge solícito con las tendencias techno de aquel año. The heart’s filthy lesson (1995) El reencuentro con Brian Eno produce el opaco, sangrante Outside, donde ab-
duce el trip-hop y a Nine Inch Nails. Loving the alien (1984) Secuela de Let’s dance, tonight fue un disco hecho de retales, pero este tema y el vídeo de Blue Jean marcaron época. Ashes to ashes (1980) Revisión de su pasado ymirada al futuro. El astronauta extraviado de Space oddity era en realidad un yonqui. Heroes (1977) Golpe magistral, oponer un gélido romanticismo a la revuelta punk, recordando que es posible elevarse, aun por un día. Sound and vision (1977) Low dejaba atrás a la rock-star y el ser humano caía a la tierra convertido en árbitro de la posmodernidad. Rebel rebel (1974) Tu pelo es un desastre, vistes ropa andrajosa, mamá no sabe si eres chico o chica… Todo un tajante retrato generacional. All the young dudes (1972) La toma nunca antes publicada del himno que regaló a unos hundidos Mott the Hoople para relanzar su carrera. Starman (1972) Un alienígena nos observa desde la bóveda celeste, dispuesto a neutralizar la desazón adolescente e insuflarnos esperanza. Life on Mars? (1971) Su mejor canción según una reciente encuesta de la revista británica Mojo. Escapismo que aspiraba a trascender el fin de la utopía. The man who sold the world (1970) Resucitada por Nirvana en los noventa, tan emblemática tonada anunciaba una ambición sin límites… que pronto saciaría. Space oddity (1969) La odisea espacial de Stanley Kubrick inspira lo que será su lanzamiento tras años de infructuosas intentonas. Todavía estremece.