Secretos del catalanismo
Jordi Amat indaga claroscuros y viejas aspiraciones: una forma de iluminar el presente
El libro arranca lejos de Catalunya, en Rapallo, donde en enero de 1937 Francesc Cambó le encarga a Ramon d’Abadal un libro sobre la historia de España que, evitando el tono panfletario y vistiéndose de seriedad historiográfica, relate la historia política española desde las Cortes de Cádiz hasta el levantamiento del 36.
La finalidad de este mecenazgo no es otra que construir un discurso que justifique la postura adoptada por quien financia la obra. La cultura al servicio de la política. Este es uno de los ejes de El llarg procés, que plantea un recorrido por el catalanismo político y cultural desde la guerra civil hasta el presente.
Previamente, en el prólogo, el autor ha esbozado tres instantáneas recientes que sirven de motor para preguntarse cómo hemos llegado hasta aquí: el regreso triunfal de Artur Mas a laGeneralitat tras ser recibido por Rajoy y rechazadas sus propuestas, aclamado por un grupo de intelectuales que ¿capitulan ante el poder dejando a un lado su función de conciencia crítica?; la organización del simposio Espanya contra Catalunya, paradigma del uso propagandístico de la historia, y por último el aquelarre mediático contra Mariscal por sus comentarios sobre las banderitas de la Diada, que de paso sirvió para cargar contra todo lo que representó la Barcelona del Cobi, en una jugada similar a la actual moda de renegar de la transición.
El libro está dividido en tres grandes bloques. El primero – Ocupació ambi- gua– aborda un tema casi tabú: el posicionamiento de una parte del catalanismoconservador que, instaurado el franquismo, se amoldó a la situación, con la revista Destino como aglutinadora de figuras como Pla y Agustí.
La segunda parte –Modernitat cauta– arranca con el regreso del exilio de Carles Riba y se centra en el resistencialismo cultural en la década de 1950, con personalidades como Espriu y Vicens Vives, y se cierra con la aparición en escena de Jordi Pujol. La tercera parte – Catalanisme progresista– aborda las dos décadas siguientes y relata el despliegue de un catalanismo cultural de izquierdas a través de Edicions 62; las aportaciones de intelectuales como Castellet, Benet y Solé Tura; la aparición del debate sobre cómo integrar a la emigración a partir de Els altres catalans de Candel, y la reaparición de Pujol que, a través de Banca Catalana y del control de medios de comunicación, va desplegando un catalanismo nacionalista con aspiraciones inquietantemente hegemónicas.
Eludiendo la épica de baratillo, Amat indaga en los claroscuros del catalanismoy ayuda a entender de un modo crítico la situación actual.
Jordi Amat indaga los claroscuros y las aspiraciones hegemónicas de un movimiento, para iluminar el presente