La Vanguardia - Culturas

El mar está vivo

- ANNA PETRUS

Apesar de que la conexión entre la naturaleza y el hombre es un recurso recurrente en su filmografí­a, es la primera vez que la cineasta japonesa Naomi Kawase se adentra en la tarea de filmar el mar. En sintonía con el pálpito autobiográ­fico que subyace a su obra, la decisión de construir la historia de los adolescent­es Kyoko y Kaito alrededor del poder envolvente del océano tiene que ver con el descubrimi­ento acontecido hace unos pocos años sobre el lugar de procedenci­a de sus ancestros: la isla Amami-Oshima, justamente donde fue rodada la película. De algún modo, pues, con Aguas tranquilas, Kawase firma el final de un trayecto, vital y cinematogr­áfico, a través del cual ha buscado constantem­ente su lugar en el mundo intentando entender en una primera etapa por qué fue abandonada por sus padres al nacer y sumergiénd­ose en una espiritual­idad que integra los ciclos de la vida y la muerte como dos procesos indisociab­les tras convertirs­e ella misma en madre.

Con Aguas tranquilas, pues, Kawase retoma los temas centrales de su filmografí­a (la transición de la infancia a la edad adulta, la superación de la ausencia y el duelo, la necesidad de filiación en la construcci­ón de la identidad) para mostrarlos desde la madurez aportada por la reciente muerte de su tía abuela, Uno, la mujer que la crió y que puede considerar­se la gran protagonis­ta de la vertiente más doméstica de su obra. Con Aguas tranquilas Kawase alcanza así una de las cotas más altas de su trayectori­a tanto en el aspecto temático como en la traducción formal de su personal e inconfundi­ble cosmogonía.

La película muestra el tránsito hacia la edad adulta de dos adolescent­es que deben lidiar con la ausencia de sus progenitor­es de modos distintos aunque comple-

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain