Cómo cuidar lo íntimo
Llama a recuperar el valor de las cosas sencillas, de lo cotidiano, al tan maleado “sentido común”. El pensar tiene a menudo una dimensión polémica. Se piensa “contra” algo que se interpreta como unaamenaza.Lafilosofíadelaproximidad tiene dos enemigos: la abstracción desconectada de la vida y el dominio. De la abstracción desmedidatenemoshoyunperfectoejemploenloqueseestápromoviendo bajo el paraguas de las llamadas ciencias humanas y sociales, con lenguajes aparentemente expertos pero en realidad vacíos. Resulta paradójico que cuando más creemos saber y más dominio técnico tenemos sobre la realidad y sobre la vida, menos nos conocemos a nosotros mismos y más se nosescapaloesencial.Heahílaencrucijada actual, que genera desasosiego contenido y desorientación.Entiendomitrabajofilosófico como un intento de hacer frente a este problema optando por recuperar el saber y la experiencia más estrechamente vinculados con la vida misma. La suya es una filosofía de la proximidad, pero dice que “proximidad” no es aquí lo opuesto a “lejanía” sino más bien a la “ubicua monocromía del mundo tecnificado”. Un ejemplo de abstracción técnica lo tenemos en lo que cabe llamar la “pantallización del mundo”. Ahí, hay algunas categorías que simplemente dejan de tener sentido. El mundo pantallizado no está ni cerca ni lejos. Es más bien “indistante”. Y si bien no necesariamente hay que ver nada perverso en esta indistancia, sí que, sin duda, se da un empobrecimiento con la pérdida de la cercanía. Por eso elijo “proximidad” e “intimidad” para adjetivar el tipo de filosofía que quiero hacer. Intencionadamente uso la expresión “íntima” y no