Poder y violencia en el Teatre Lliure
Pasqual dirige los monólogos de Massini sobre el conflicto israelí y Anna Politkóvskaya
“Empecé haciendo teatro político”, recuerda, con orgullo, Lluís Pasqual a aquel joven que aún no había cumplido 25 años y se enfrentaba a su primera dirección importante en el Casino l’Aliança del Poblenou. Corría enero de 1975,Francoaúnnohabíamuertoy el Lliure aún no había nacido, y aquel joven de Reus que había venido a Barcelona a estudiar Filología Catalana se encontraba sobre un escenario con quien se convertiría en uno de sus grandes compañeros de viaje, Fabià Puigserver. Juntos crearon un espectáculo sobre uno de los momentos más convulsos de la historia de Catalunya, la Setmana Tràgica. “Teatro político, teatro documento”, recuerda Pasqual aquella aventura que le permitió descubrir que quería convertir el teatro en motor de su vida.
Ahora,despuésde40añosymuchos Shakespeare, Koltés, Lorca, Genet, Goldoni y Beckett en su currículum, Pasqual todavía reivindica el teatro como trinchera para la reflexión sobre el momento que vivimos con los dos monólogos del italiano Stefano Massini que dirigirá para inaugurar el curso del Lliure de Gràcia. CrecEnUnSolDéu –protagonizado por una vieja amiga, Rosa Maria Sardà– y Dona no reeducable –interpretado por otra más reciente, Míriam Iscla– son, según Pasqual, “teatro de urgencia”, incluso dice “de emergencia”, “teatro necesario”, teatro sobre el hoyyelahora,porqueambosseenfrentan desde infinitos ángulos al que será, sin duda, el cáncer del siglo XXI: la violencia terrorista. CrecEnUnSolDéu (el título en italianodaaúnmáspistas: Credoinun Sol-Odio) sube al escenario a tres mujeres, que el propio autor pide que interprete una única actriz: una profesora de historia judía y nacionalidad israelí de 50 años que hasidovíctimadeunatentado,una