La Vanguardia - Culturas

Historia de una chica desdichada

Novela Con gran habilidad artesanal, Lavagnino urde un tupido retrato familiar adentrándo­se en las calles de la Roma de los años treinta y cuarenta

- ROBERTSALA­DRIGAS

Resulta tentador y fácil emparentar­a Al es sandra Lavag ni no, nacida en Nápoles en 1927, con, por ejemplo, otra ilustre napolitana ahora mismo venturosam­ente de moda, E lena F errante, o bien, siguiendo rastros evidente s con la romana Ana Maria Ortese ( El mar no baña Nápoles, Silencio en Milán), o tal vez, sin hurgar excesivame­nte, podríamos llegar hasta Elsa Moran te yNat ali aGinzburg. Pero sucede que Lavagnino tiene algo que la exclusiv iza. Ha enseñado Para si to logía en la Universida­d de Pal ermoy es especialis­ta en insectos transmisor­es de enfermedad­es. Una especialid­ad que pone a brincar mi imaginario literario. Y por añadidura Lavagnino ha escrito ficción ( La biblioteca­rie di Al es sand ria, Una familia di antiquari) y en ella una novela, reeditada por el exquisito Sellerio en el 2005, que acabo de leer con el ánimo asombrado.

Nuestras calles ( Via dei Serpentí) trata de la historia de una chica, huérfana de padre, que vive entre los años treinta y cincuenta. Su madre, una de las primeras mujeres abogadas de Roma, miembro de la resistenci­a y captura da por la Gestapo, tiene el bufete instalado en su propia casa que habitan madre e hija sin apenas comunicars­e. La madre se sitúa en un mundo abierto al exterior, plaga do de incentivos para una mujer que se zampa una novela policiaca cada noche y la desecha al día siguiente, cuando regresa ala vida ya sus numerosos estímulos, ysuhi ja, Marzia, que respira el silencio nocivo del mundo que la oprime, más cómoda en el laboratori­o de Química o en sus pase os solitarios sola por las calles romanas que en compañía de alguna otra criatura humana. Yes que Marzia tiene un grave problema vital: le cuesta hablar, articularl­as palabras, expresar con claridad lo que intenta decir a los demás, sobreponer­se a la angustia de no conseguir hacerlo con fluidez. Marzia tartamudea; ante sus ojos suplicante­s y huidizos el mundo se pone patas arriba y ella, impotente ante el caos que estalla, se siente enajenada, con lamente ene bulliciónp­orl aspalabras que intentan constituir­se en sonidos y no se materializ­an, y la soledad rampante que social mente la para liza y amenaza aniquilar la.

Tirando del hilo de la historia de esa chica desdichada, Lavagnino e labora con gran habilidad artesanal, encajando pieza a pieza, el tu pido retrato psicológic­o de un personaje al que dota de una potente fuerza dramática. Marzia se transforma así no ya en protagonis­ta absoluta de la narración y, ami parecer, consigue de una manera impresiona­nte hacer perceptibl­es los ruidosos silencios que ensordecen a Marzia en los subterráne­os de su soledad, y reivindica­rla escritura como válvula de escape primordial yv ali osísim apara establecer una relación positiva con los otros .¿ Sería tal vez inapropiad­o, fruto de un error de apreciació­n, decir que Lavag ni no imprime unto quede humor bárbaro ala historia de Marzia y que este, junto a la melancolía y un punto de in sensibilid­ad, hace de la novela en apariencia sencilla una obra potente gracias a una prosa de alta intensidad?

Se dice en el texto de la solapa que Leonardo Sciascia –¿por qué el autor siciliano está hoy olvidado?– admiraba la creativida­d narrativa de Lavagnino. No me produce extrañeza. Lo que transmiten las palabras construida­s en Nuestras calles es una luz humana, pura esperanza, que, riendo, barre la oscuridad. Sin caer en estupidece­s.

 ?? ERRATA NATURAE ?? La autora napolitana Alessandra Lavagnino
ERRATA NATURAE La autora napolitana Alessandra Lavagnino

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain