Los peligros de estar bien conectado
Tener amigos en sitios importantes y una buena mano para el arte delcóctel–conunbuensurtido de opiniones sobre las olivasen el Martini –, en definitiva, estar bien conectado es un arma de doble filo para un escritor. Sin duda garantiza buenas oportunidades para publicar, re señas sino mejores, sí más largas y muchos obituarios laudatorios. Pero una vez se han guardado las esquelas y acabado los actos de homenaje, la posteridad–esamaldita–segira con especial crueldad¿ Era bueno ese tipo o sólo sabía moverse?
De todos los escritores bien nacidos y mejor conectados ninguno corría ese riesgo más que George Plimpton(Nue va York 1927-2003), considerado el inventor del periodismo participativo, que es como el Nuevo Periodismo pero con menos drogas. Descendiente dedos familias dela aristocracia civil de la Costa Este, compañero y amigo de Robert y JohnF. Kennedy y fundador de T he
Par is Re vi ew parece que con dinero d el aCIA, no existió entre los 50 y los 90 un escribiente con mejor agenda. Pero el temor se disipa al leer los agudos artículos recogidos en El
hombre que estuvo allí, divididos entre“participaciones ”, como cuan- do boxeó con ArchieMo oreo jugó a hockey con los Boston Brui ns ,“personajes ”– Mu ha mm ad Ali,Mailer,Warr en Be atty –, lugares y textos más personales, como las exequias de su padre.
Su amigo( ya avisamos) James Sal ter dijo en un documental de tribu toque Plimp ton había escogido un género incompatible con la grandeza sin añadir que el autor probablemente tampoco la buscaba. Fue a los sitios, contó bien lo que vio y después se quitó importancia, porque lo contrario le parecería de una ordinariez absoluta.