Las ocultas de la generación del 27
La historia de las creadoras olvidadas
Estos son años de desagravios, de devolverle ala historia del acultural o que la historia oficial le ha negado. El pasado octubre Izquierda Unida logró sacar adelante por unanimidad en el Congreso de los Diputados una iniciativa presenta da para“reparar el injusto olvido de las mujeres de la generación del 27”, que entre otras cosas propone evaluar su presencia en los libros de texto, hoy es ca sí sima.
Una idea para la que sirvió de detonante el documental Las Sin sombrero, emitido por La 1 en el programa
Imprescindibles y que debiera ser obligatorio en todas las escuelas donde aún se imparte una cultura mas culinizada, altamente sesgada. Dicho documental, en el que se resucita a ocho de esas mujeres fascinantes que el franquismo convirtió en prescindibles( incluida s María Zambra no y Rosa Chac el ), incorpora entre otras a las dos únicas poetas que Gerardo Diego se dignó admitir en su antología Poesía española contemporánea, Ernest in a de Champo urcíny Josefina dela Torre.
Tània Balló (Barcelona, 1977), una de las artífices del documental, lo ha convertido en libro, sumando a dos compañeras de viaje más, una de ellas la pintora catalana Ángeles Santos, aún por reivindicar. Las diez vienen a completar los huecos dejados por el relato que hasta ahora dábamos por bueno y hacen de Las Sin sombrero un homenaje colectivo a quienes sus propios compañeros de generación negaron en sus libros memorialísticos, donde no las citan o las citan poco. Chicas independientes, libres, consagradas ala tarea de ser ellas mismas en los años gloriosos delLy ce um Club, que como cuenta una de ellas, María Teresa León, en Memoria de la
melancolía, “se había propuesto adelantar el reloj de España”. Junto a las ya cita das, completan la lista la pintora Maruja Mal lo, la escultora Marga Gil Roës set, Margarita Manso y Concha Méndez, en cuya casa mexicana murió Cernuda.
No fue pues Alberti, como se ha creído, quien clausuró con su muerte esa generación. Ángeles Santos nos dejó en 2013, anteayer. “Las Sin sombrero supieron encontrar el lugar que sólo les perteneció a ellas; la conciencia de una lucha contra un tiempo que sentían que no era suyo. Su obra se convirtió en su arma más poderosa. En ella, cada una de estas artistas plasmó a esa nueva mujer, espejo de sus propios deseos ”, escribe Balló.