la entrevista, género teatral
Hay una constante en muchas de las últimas obras de Pep Tosar. Y es introducir en la trama a un periodista, o a alguien que documente lo que está pasando. En Qui bones obres farà encontramos a un reportero, a quien ya nadie hace caso, pero que se empeña en registrar el cierre de ese teatro. También en Ivanov un personaje entrevista al resto, aunque no se muevan de la pura ficción. Y la misma estrategia utiliza en Con la claridad
aumenta el frío, a partir de Mis premios, el libro póstumo de Thomas Bernhard. “La entrevista proporciona un tipo de intimidad que el personaje en sociedad no ofrece. Abre una ventana muy particular que la dramaturgia convencional no puede aportar”, nos dice.
“Hace bastantes años que me interesa especialmente la narrativa docu- mental. La primera vez que lo hice fue con Damià Huguet, en el 2004, con Esquena de ganivet, y luego lo he ido repitiendo con todos los espectáculos biográficos. También con Lorca, ahora”, explica Tosar.
En Qui bones obres farà el periodista “está muy sintonizado” con lo que le pasa a la compañía. “Su mundo profesional también está en decadencia. Han enviado una convocatoria de prensa y él es el único que se ha interesado”. Sabe que es muy probable que no pasen el reportaje en la televi- sión para la que trabaja. “Todos conocemos algún periodista en esa situación… Grandes profesionales que ahora son menospreciados porque no coinciden con la actual forma de entender la información. No lo despiden, simplemente, porque les sale más barato esperar a que se jubile”, afirma el director.
Sin embargo, el cronista insiste. Y lo graba todo. Alguien, en algún momento, pondrá en valor lo que allí está a punto de desaparecer. Aún hay brechas para la esperanza.