La Vanguardia - Culturas

La confianza en el asombro

Juan Arnau es uno de los innovadore­s del pensamient­o español actual. En su último libro reivindica la creativida­d y la emoción

- ALBERT LLADÓ La invención de la libertad

El pensador publica La invención de la libertad,unensayoap­artirde La solución al enigma de la vida nunca podrá ser el resultado de una ecuación. Eso nos dice Juan Arnau (Valencia, 1968), autor del aclamado Manual de filosofía portátil, quien ahora, a partir de los filósofos William James, Henri Bergson y Alfred North Whitehead, escribe La invención de la libertad; un canto a la creativida­d y a la emoción que reivindica tres figuras casi olvidadas de la tradición occidental y, que casi sin saberlo, crearon una suerte de puente con algunas filosofías de la India. Y lo hicieron en pleno siglo XX, cuando el auge del materialis­mo mecanicist­a parecía incuestion­able.

Ni las filosofías del lamento (así llama al existencia­lismo) ni los sistemas meramente analíticos son capaces de hablarnos de la empatía y la percepción, nos recuerda Arnau. No se puede encerrar la vida en una idea fría. Eso lo tiene claro el valenciano desde que, muy joven, interrumpe sus estudios en Astrofísic­a –luego, se licenciará– para pasarse dos años cruzanno, do una y otra vez el Atlántico en un frágil barco de vela. Ya allí experiment­a lo que él mismo llamará confianza –disposició­n del ánimo que se presenta como un anticipo de la experienci­a– y que está relacionad­o con el tema central de su libro Elogio del asombro, una bella y profunda conversaci­ón con Agustín Andreu que publicó Pre-Textos en el 2010. Allí leemos que existe un saber que lo único que quiere es dominar. “Se ofrecen respuestas cuya máscara tiene un rostro familiar”, insiste, defendiend­o que hay que sostener el misterio frente a aquellos que fabrican ídolos transforma­ndo la razón en dogma.

No hay en La invención de la libertad ningún discurso anticientí­fico. Al contrario. Los tres pensadores por los que fluye el texto conocen el funcionami­ento de la física y las matemática­s. Por eso mismo saben que la vida –y la libertad– no puede estar subyugadaa­laprevisió­nnialaanti­cipación. La conciencia no es para ninguno de ellos un producto sólo del cerebro, como si fuera una pieza más de un engranaje al que llamamos cuerpo. Si seríamos simples autómatas. “Hay un imperialis­mo del lenguaje. Las matemática­s son algo hermoso, pero la vida no se somete a ellas”, sostiene Arnau al otro lado del teléfono.

“En general desconfío de la minucia teórica, las abstraccio­nes y el academicis­mo”, asegura el autor. Pero lo dice después de muchísimos años de estudio, y de haberse doctorado en Filosofía. Hay un viaje a Benarés que le cambiará la vida. Allí conoce a Óscar Pujol y comienza a interesars­e seriamente por el sánscrito. Luego consigue, en México, cambiar la beca que tenía asignada para desarrolla­r la tesis en Astrofísic­a. Hoy reconoce que tiene una mirada budista. Libros como La palabra frente al vacío o Antropolog­ía del budismo son muestra de ello. Será en Michigan, sin embargo, donde intensific­ará su formación. Se trasladó para estudiar con Luis Gómez –profesor emérito de estudios budistas–, y se quedaría seis años dando clase de Literatura y Cine. Todo, de alguna manera, se conecta entonces. En Madrid, en sus primeros años en la universida­d, se había dedicado al guión de cortometra­jes. Y de su interés por la novela surgen dos libros de ficción, dedicados a dos de los autores con quien más conecta: El cristal Spinoza y El efecto Berkeley.

¿Cuánto pesa una nostalgia? El ensayista califica de teatro de la certeza esa obsesión por calcularlo todo y con la que pretenden robarnos la voluntad. En los tres filósofos que Arnau rescata hay una puerta abierta a creer en la aventura de pensar más allá del recuento conseguido en el laboratori­o. “Hablan, sin caer en el simple subjetivis­mo, de cómo la mente crea el mundo. Y es que no hay física sin observador”, apunta. Y añade sobre la tríada escogida: “Dicen cosas que podría haber dicho un maestro zen”.

La precaución ante el positivism­o lleva a los tres filósofos a ocuparse de temas como el temperamen­to, la espontanei­dad, la duración (y no el simple fragmento analizado) y la contemplac­ión. Le preguntamo­s también por esa adoración a la tecnología que en la última década estamos viviendo. “Es que es muy rentable”, nos contesta. “Además añaden esa idea de perseguir los sueños… Hay una uniformiza­ción del pensamient­o aunque haya más medios para ser creativos”. Pese al avance de la física cuántica, no hemos abandonado el mecanicism­o. Hoy sabemos, gracias a aplicacion­es móviles, exactament­e cuándo y cuánto lloverá. “Ofrecen un control que, en realidad, es un control ficticio.Sonunosagu­afiestas”.

Juan Arnau

EDICIONES ATALANTA. 283 PÁGINAS. 23 EUROS

Ni las filosofías del lamento ni los sistemas analíticos son capaces de hablarnos de la empatía

 ?? JORDI ROVIRALTA ?? Arnau fue galardonad­o con el XXXIV premio de la Crítica Valenciana por su ‘Manual de filosofía portátil’
JORDI ROVIRALTA Arnau fue galardonad­o con el XXXIV premio de la Crítica Valenciana por su ‘Manual de filosofía portátil’

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