Mística oriental
Francés de origen armenio, Lévon Minassian es un virtuoso del duduk que se hizo célebre junto a Peter Gabriel y Sting y por bandas sonoras como La pasión de Cristo de Mel Gibson. En su nuevo disco Sources, tal como indica el título, acude a las fuentes de la espiritualidad armenia arreglando para su evocador instrumento de viento de madera de doble lengüeta, de sonido similar al oboe, temas tradicionales y del monje Komitas. Todos de una sensible belleza contemplativa.
La música sufí, aunque sea devocional, es a oídos de los integristas igual de despreciable que las demás. Por eso que incluso en países donde tradicionalmente se ha interpretado, como Uzbekistán, se ve restringida al ambiente privado, en una regresión que ya empezó con el régimen soviético. Sin embargo, resiste atrincherada una cofradía que sigue las enseñanzas del poeta y místico Ahmad Yasavi, tal como evidencian unas grabaciones realizadas en Namangan en las que, además de los melismas del cante, se puede apreciar la sonoridad de peculiares instrumentos de cuerda –tanbûr, dotar, tar o ghijak–, la flauta ney y el pandero doyra.
El turco Talip Özkan (19392010) fue un virtuoso del tanbûr, instrumento de cuerda de largo y estrecho mástil usado en tradiciones que van de la India a Asia Central. La versión turca se llama también saz y en esta reedición, de un disco publicado en 1994, muestra su talento recreando los modos tradicionales del makam, la música clásica del imperio otomano. A su técnica cabe añadir una ocasional y quejumbrosa voz de barítono, acentuando una música meditativa de gran poder evocador.