Bellezas medievales
Arte y objetos para entender la edad que cimentó Europa
Parlamento viene del anglonormando parler, hablar. Los parlamentos nos parecen, son, imprescindibles en los sistemas políticos contemporáneos, sin embargo no constituyen un hallazgo de tiempos modernos: ahondan sus raíces en esa edad media que solemos asimilar con oscuridad pero que puso los cimientos de lo que los europeos somos. Ahora que nos movemos en la incertidumbre de lo que queremos ser, no está de más recordar de dónde venimos y cuánto tenemos en común. Eso es precisamente lo que propone esta exposición convenientemente titulada
Los pilares de Europa y que para más oportunidad viene del Museo Británico; el Reino Unido, espejo con el Brexit de las tentaciones centrífugas que no sólo afectan a aquel país.
Entre los objetos más valiosos que se mostrarán en Barcelona (la exposición ya se pudo ver antes en Madrid), destacan la figurita de un rey de ajedrez tallada en Noruega y encontrada en Escocia, o un broche que atestigua la fluidez de las relaciones comerciales entre el sudeste de Inglaterra y los francos. No, en contra de lo que pensamos, los habitantes de este continente no se encerraron en sí mismos tras el vacío político que se produjo con la decadencia y posterior caída del imperio romano que fueron llenando tribus y pequeños grupos rivales en unos primeros siglos tumultuosos, pero que poco a poco se fueron organizado para dar a luz estructuras sociales más definidas tal como explican Michael Lewis y Naomi Seakman, comisarios la exposición. Los intercambios comerciales se reinrodujeron, pero fueron sobre todo los culturales y religiosos a través del creciente protagonismo de a Iglesia católica romana los que p tacto unos pueblos que acabarian desembocando en naciones ya cercana la edad moderna
Fruto del acuedo la Obra Social La Caixa y Museo Británico es esta muestro que a través de 263 objetos (244 del proprio museo y 19 préstamos) revisa el periodo de la historia comprendido entre los años 400 y 1500 y perspectiva diferente, reconociendo las bases, los plares, que constituyen el territorio común sobre el que se ha edificad co temporal lo suficientemente amplio para que lis diferencias entre las sociedades de los primeros siglos y las de l enormes, pero también consecuentes en su evolucion. Muchos pueblos en la llamada (entre el 400 y el 050) se consideraron a sí mismo herederos de la anterior etapa clásica y el apego >