Transgresores del cuerpo
El Mercat de les Flors sigue apostando por la danza contemporánea local e internacional, ahora con un ciclo de propuestas próximas –o alrededor de– la performance agrupadas bajo el título de ‘TRANSaccions’. Propuestas que tienen en común también su compromiso con la actualidad de nombres ya clásicos aquí como La Ribot o otros más desconocidos pero de sólida trayectoria como Trajal Harrell que presentará su coreografía basada en el ‘voguing’, un baile con raíces en la comunidad gay de negros e hispanos de Harlem en los años sesenta. El cuerpo como eje de propuestas diversas a lo largo del mes de marzo Ya no sale desnuda a escena. Y, por primera vez, se hace acompañar por dos hombres. Pero sus Piezas siguen siendo tan Distinguidas como hace más de dos décadas, cuando empezó a componer estas pequeñas partituras coreográficas (de entre treinta segundos y siete minutos) que se han convertido en su abecedario como creadora. Las últimas, desde la 46 a la 53, son las que este fin de semana La Ribot (María José Ribot Manzano, nacida en 1962, residente en Ginebra y premio Nacional de Danza del 2000) presentará en el Mercat de les Flors bajo el título de Another
distinguée. La actuación de la madrileña, referente en la hibridación entre danza y performance, se inscribe en el ciclo TRANSaccions , en el que también participan otros dos creadores nacionales –Sònia Gómez y El Conde Torrefiel– junto a cinco de la escena internacional: Ivo Dimchev (actuó ayer y el jueves); el extraño dúo integrado por Jonathan Burrows y Matteo Fargion; el norteamericano Trajal Harrell, por partida doble; la croata Jasna L Vinovrski; y Andreas Constantinou, con su coreografía para cuatro bailarines WOMANhouse.
El subtítulo de TRANSaccions, Cuerpo+Género+Performance, ya ofrece pistas sobre lo que une a esta nómina, de apariencia gamberra pero discurso sólido. “TRANSaccions pretende ser una ventana abierta sobre lo que ocurre en nuestra sociedad a través de una serie de espectáculos comprometidos”, explica el programador del Mercat, Marc Olivé, quien ha orquestado la temporada junto a Gastón Core, responsable de la sala Hiroshima, espacio que también acogerá algunos de los montajes.
establecer un diálogo directo con el público, apelan a las emociones y a las sensaciones del espectador, le invitan a vivir una experiencia y no requieren de lecturas teóricas”, añade Olivé, que como Core ha visto estos espectáculos (o otros de estos creadores) en los circuitos internacionales y ha quedado enamorado sin remedio.
Tania Beyeler, una de las dos patas de El Conde de Torrefiel, habla maravillas del trabajo de Ivo Dimchev, quien abrió la temporada, y también del de La Ribot, a quien Olivé define como “la precursora
de las performances en España, la madre del cordero”. El Conde de Torrefiel, que a veces actúa en solitario y otras en tándem con La Veronal, presenta Escenas para una conversación después del visionado de una película de Michael Haneke
(del 30 de marzo al 2 de abril), una pieza que lleva cuatro años recorriendo Europa (la crearon en el Antic Teatre) y que habla “de los fascismos cotidianos, de esa violencia pasiva hecha de silencios y de miradas, de la que existe en la convivencia”, explica Bayeler quien, junto a Pablo Gisbert, ha creado un artefacto donde es la suma de texto y movimiento, junto a la mirada del espectador, la que crea los significados. “Nos asusta demasiado el teatro y no sabemos lo suficiente de danza”, apunta Beyeler, quien, no obstante, rechaza la etiqueta de performance: “Lo nuestro es ficción, nuestros personajes son ficticios y no biográficos”.
La presencia nacional se completa con Sònia Gómez, bailarina-coreógrafa-performer (lleva una década de trabajo en solitario después de colaborar con La Carnicería y General Elèctrica) que estrenará
Dancers, un proyecto de transmisión (25 y 26 de marzo), en el que ha trabajado junto a un veterano bailarín de La La La Human Steps, a quien ha intentado contagiar de su manera de entender el cuerpo y el movimiento a partir de revisitar uno de sus trabajos recientes, Ballerina (2014).
Lo que hacen Jonathan Burrows y Matteo Fargion en sus Hysterical
furniture (ofrecerán tres veladas diferentes entre el 17 y el 19 de marzo) es más difícil de explicar: “Presentan partituras de movimiento y de ritmo; secuencias de movimiento asociadas a secuencias musicales”, explica el programador del Mercat, que asegura que esta es “la propuesta más divertida del ciclo”: lo cierto es que Burrows y Fargion aparecen sentados en una mesa; primero uno interpreta un fragmento de música y, a continuación, el otro lo convierte en una serie de movimientos que cabalgan entre el lenguaje de los signos y la danza. Jasna L. Vinovrski en Staying
alive (23 de marzo) ofrecerá uno de los textos aparentemente con más compromiso político, ya que su coreografía-performance se inspira en las trabas burocráticas que deben salvar los inmigrantes. “Es una pieza que, desde la sonrisa, destila gotas de tristeza e hipocresía”, explica Olivé.
Y acabamos este paseo por
TRANSaccions de nuevo en La Ri“Pretenden bot, porque ella es uno de los referentes confesos de Andreas Constantinou, un joven coreógrafo que fue seleccionado en la pasada edición del festival Aerowaves como uno de los más prometedores de Europa. “El trabajo de la Ribot es de fácil lectura, es verdadero, es humano. Y ese es el sentido y la sensibilidad que también inspiran mi trabajo. Quiero llegar al espectador, incluso al que no sabe de danza”, explica Constantinou que en
WOMANhouse (1 de abril) construye un manifiesto queer (una ideología que rechaza las tradicionales categorías de hombre, mujer, heterosexual, homosexual, bisexual…) en formato coreográfico. “Quiero cuestionar aquello que percibimos como femenino y masculino y por qué se asocia a una mujer o a un hombre. Quiero mostrar al público que no debe sentirse amenazado ni sentir miedo por aquellos cuyas realidades caminan por sendas distintas a las nuestras”, explica Constantinou. No desvelaremos si quien baila en el escenario del Mercat son bailarines o bailarinas. Para saberlo, habrá que ir.
A pesar de cierta apariencia gamberra, las propuestas de ‘TRANSaccions’ tienen un discurso sólido