personajes con temple
ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY
“En los tiempos muertos Tonio sigue emborronando hojas. A veces quiere escribir tan deprisa que las varillas de la Underwood se encabalgan y la máquina se atora. Otras, se queda delante del teclado minutos y horas sin ser capaz de poner una letra. A veces lo lleva en volandas la imaginación. Otras, se arrastra bajo el peso de la responsabilidad de estar escribiendo su destino”. (C. 37, PÁG. 246)
“El sol lanza brillos cegadores sobre el Mediterráneo. Ya no podrá contarles a Mermoz y a Guillaumet que esos P-38 son tienen sonido de motor, sino de abejorro. Intuye que éste puede ser su último vuelo”.
(C. 88, PÁG. 615)
HENRI GUILLAUMET “Grita. Es un grito sin palabras, sólo grita. La montaña lo escucha y le devuelve su eco como si hubiera docenas de Guillaumets acompañándolo. ¡Seguir! ¡Seguir! ¡Seguir! Su cerebro ordena a su cuerpo, le grita desde dentro. ¡Seguir!¡Seguir!¡Seguir! Se pone en marcha tambaleándose”. (C. 33, PÁG. 369)
JEAN MERMOZ
“Hacer el trabajo de tres pilotos se convierte para Mermoz en algo habitual. Cuando sus compañeros se reincorporan a sus puestos, será él quien telegrafíe a Daurat solicitándole que le adjudique cualquier vacante, y pilota con la misma glotonería con la que come. O con la que hace el amor cuando tiene ocasión”.
(C. 23, PÁG. 172)
DIDIER DAURAT “Desciende del avión feliz de haber vuelto a tener esa sensación de plenitud en el vuelo. Llega sonriente hasta Daurat, que está junto a su ayudante de gafas redondas que parece eternamente asustado. –¿Se ha creído que esto es un circo? A Mermoz la sonrisa se le corta de golpe. –¡Aquí no contratamos acróbatas!”. (C. 21, PÁG. 156)