Libros y terapia
Estos días en que desde instancias oficiales llegan nuevos planes de promoción de la lectura, nos preguntamos una vez más ¿para qué sirve leer?, y recordamos que, como mínimo, para aprender, por placer estético y para entretenernos (pónganse estos elementos en el orden que se quiera). Pero llega cada vez con más fuerza un cuarto concepto: como terapia.
No es que las distintas creaciones culturales no hayan sido aprovechadas y disfrutadas, desde el origen de los tiempos, por su contenido psicológico y emotivo. La novedad es el énfasis que se está dedicando a este último enfoque. Para el terreno del arte se ocupó hace no mucho un volumen muy recomendable del siempre sutil Alain de Botton ( El arte como terapia, Phaidon, 2014), donde analizaba cómo pinturas famosas ponen de relieve valores útiles para la brega diaria.
Es también el terreno donde ha ido a parar el editor barcelonés Jordi Nadal, quien en su recién publicado Libroterapia (Plataforma), comienza citando una agudeza del crítico Simon Leys: “Entre dos cirujanos competentes, procure que le opere el que haya leído a Chéjov”.
Existen muchos libros de editores, generalmente memorias del oficio. El breviario de Nadal, en cambio, se dedica a analizar quince lecturas desde la perspectiva del crecimiento personal. De Camus destaca “el compromiso con la honestidad. Amar (o luchar por lo justo) debe ser siempre una decisión”. De Viktor Frankl, que “la pregunta sobre el Bien y elMal es una oportunidad para poner en orden jerárquico lo importante en la vida”.
Gide no nos da permiso para ser nosotros, lo exige. “Si algo te toca”, señala Emerson, “es porque ya existía en ti”.
Natalia Ginzburg pone de manifiesto ese territorio “hermoso, complejo y la mayoría de las veces ignorado” que es la relación de un ser humano con su infancia. Y leer a Pla es “aprender amirar”.
En una sociedad que ha consagrado la terapia como elemento habitual de la vida cotidiana, Nadal aporta un enfoque renovado y útil para la divulgación literaria. Su lectura puede complementarse con la del Manual de remedios literarios. Cómo cu
rarnos con libros, de Ella Berthold y Susan Elderkin (Siruela/Círculo), abecedario de lenitivos en letra impresa “para el dolor físico y el emocional”.