Las claves
La esperanza es un sentimiento que puede durar treinta segundos o toda una vida: una imagen detenida en una fotografía o, por el contrario, que se alarga en un vídeo. Así se percibe en los jugadores para los que el tiempo se ha parado en la casa de apuestas del centro de París en la que la fotógrafa Anna Malagrida (Barcelona, 1970) ha puesto su mirada. Se planteó la escena como si se tratara de un teatro: “Todos estos jugadores se exhiben de una manera inconsciente, ellos llegan y juegan, pero la arquitectura de la transparencia a veces es obscena: desde fuera son como pecas en un cuerpo, o como zonas oscuras”, explica.
Con su idea de , de la que ahora puede verse una parte en Barcelona, fue la primera artista española en ganar el premio Carte Blanche PMU para realizar un proyecto en el Centro Pompidou, que se expuso en otoño del 2016. Se instaló en el interior de la casa de apuestas –una de las sedes de la empresa que costea el prestigioso galardón– con su cámara y se mezcló entre los jugadores habituales para conocer sus historias: “Es un punto de encuentro social, algunos van a apostar, pero otros van a encontrarse con sus amigos o con gente con quien hablar, porque la mayoría son inmigrantes”. Malagrida ha fijado el retrato de algunas de aquellas personas en una serie de fotografías de sus manos convertidas en algo parecido a un alfabeto sin código, pero que comunica muchas de las cosas que los protagonistas explicaron a la artista y ella fijó en una serie de frases que acompañan a las imágenes: “Me hablaban de la esperanza que los había llevado a abandonar sus países y de lo que esperaban de Francia. Supongo que no todo sería cierto, pero quise dejar constancia de lo que decían”.
Mientras las imágenes registran la espera de quienes han apostado, el cristal muestra lo que sucede en el centro de París, muy cerca del Centre Pompidou. Elemento habitual en su trabajo, “las ventanas ofrecen una mirada que ya existe” –comenta– y que le sirve para “investigar cómo se habitan hoy las ciudades”. Descendiente de una familia con tradición artística –es sobrina de Anna Miquel, y Rusiñol era tío de su abuelo– se licenció en Periodismo y se especializó en la Escuela Superior de Fotografía de Arlès. Casada con el también fotógrafo Mathieu Pernot, vive en Francia desde hace veinte años, donde ha conseguido destacar en
Anna Malagrida (Barcelona, 1970) es una de las fotógrafas más destacadas del panorama actual. Interesada en las dinámicas sociales como el 15M o los cambios urbanísticos y de población en el Raval de Barcelona. Investiga la manera cómo se habitan las ciudades hoy.
En el escaparate de una casa de apuestas muestra la distancia entre la cotidianidad de una gran ciudad como París y las trayectorias vitales de los fotografiados, en su mayoría inmigrantes. el panorama artístico. Visita Barcelona con frecuencia y sus proyectos, en fotografía, videoarte e instalación han podido verse en espacios expositivos de Alemania, Italia, Bélgica o Sudáfrica.
Atenta a las dinámicas sociales, siguió la evolución y los rastros del movimiento 15 M, y ahora se muestra entusiasmada con los recientes cambios en la política francesa.