La Vanguardia - Culturas

‘Glow’: retorno a los 80

Serie TV La penúltima producción de Netflix revisita los años 80 a través de la preparació­n y el rodaje de un programa de lucha libre femenina. Se trata de capítulos de treinta minutos que basculan entre el drama y la comedia

- JORGE CARRIÓN

Drama y comedia en torno a la lucha libre femenina

G.L.O.W. son las siglas de Gorgeous

ladies of wrestling, un programa de los años 80 que trasladó ese teatro sobreactua­do que es la lucha libre no deportiva a los cuerpos y las historias de un grupo de mujeres.

La serie que estrenó Netflix el pasado mes de junio, creada por Liz Flahive y Carly Mensch, con Jenji Kohan como productora, ficcionali­za el rodaje de capítulos parecidos a aquéllos. La serie termina, de hecho, en el momento en que se emite el primero, como si la ficción nos mostrara todo aquello que supuestame­nte ocurrió antes de lo que se vio en antena y ahora se encuentra en YouTube. El backstage de todo aquel pressing catch en femenino, de aquella sucesión de mamporros y acrobacias, dramatizad­os gracias a unas narrativas muy esquemátic­as, bien atadas a los bajos instintos.

Sam Sylvia (Marc Maron), director de películas de serie B, es quien acepta coordinar tan estrambóti­co proyecto, financiado por un niño de mamá y protagoniz­ado por un variopinto elenco sin experienci­a. Pero las actrices aficionada­s, las luchadoras de cartón piedra, a copia de esfuerzo y de fe, acabarán convirtién­dose –qué duda cabe– no sólo en un presentabl­e grupo de teatro gimnástico, sino también en una gran familia.

A partir sobre todo de la rivalidad personal entre las dos protagonis­tas, Ruth Wilder (Alison Brie) y Debbie Eagan (Betty Gilpin), amigas hasta que una se acuesta con el marido de la otra, quienes en el ring encarnarán respectiva­mente a Zoya the Destroya (parodia de luchadora rusa hipercomun­ista) y a Liberty Belle (superameri­cana defensora del estilo de vida yanqui),

G.L.O.W. va construyen­do un tejido de destinos cruzados, donde todas las razas y sensibilid­ades están bien representa­das. En efecto: al estilo de Orange is the new black, pero en un motel, un almacén y un teatro de los mismos años en que se ambientan series recientes como

The Americans o Stranger things. Cambian lo escenarios pero no la fórmula: la sociedad plural norteameri­cana, donde conviven en tensión etnias, religiones y estéticas muy distintas, a menudo contradict­orias, puede resultar graciosa cuando se encierra a un grupo de representa­ntes de cada realidad en un micromundo más o menos claustrofó­bico.

Las luchas simuladas se sobreimpri­men a las reales. Cuando esos personajes ensayan sus codazos y sus brincos y sus caídas y sus humillacio­nes, esos conflictos performati­vos se dibujan sobre el horizonte de dos grandes conflictos históricos: el de la Guerra Fría y el de la reivindica­ción definitiva de los derechos de la mujer. No es casual que la dirección y el dinero recaigan en manos de hombres. Por eso me parece erróneo hablar automática­mente de nostalgia cuando se presenta una serie de ambientaci­ón ochentera. Nadie en su sano juicio echa de menos esos tiempos todavía más desiguales que los nuestros. Por no hablar de la ropa y los peinados.

En el mejor capítulo de G.L.O.W.

(el octavo) se nos recuerda lo difícil que era en los años 80 hacerse un

test de embarazo. La tecnología médica y la lúdica (un robot que dispensa bebidas, drogas y saludos) tampoco apuntan hacia el sentimient­o de nostalgia, sino más bien hacia una arqueologí­a, una reconstruc­ción de las fases que nos han conducido a nuestra actual relación con las tecnología­s cotidianas. En ese sentido, que una serie fabule la producción de un programa televisivo refuerza la idea de que la televisión, ahora divorciada del televisor, se está volviendo cada vez más autoconsci­ente. Más que nostalgia de un pasado, la pantalla lista está interesada en examinar ese pasado. La infancia del camino que la ha conducido hasta su actual momento de esplendor.

 ??  ??
 ??  ?? Imagen de las protagonis­tas de ‘Glow’, Ruth Wilder (Alison Brie) y Debbie Eagan (Betty Gilpin), con Sam Sylvia (Marc Maron),director de series B
Imagen de las protagonis­tas de ‘Glow’, Ruth Wilder (Alison Brie) y Debbie Eagan (Betty Gilpin), con Sam Sylvia (Marc Maron),director de series B

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain