Marionetas gran formato
La compañía Thomas Noone adapta la premiada novela juvenil de David Cirici, ‘Molsa’, con marionetas de gran formato que cobran vida de la mano de bailarines; un innovador espectáculo con música, proyección de imágenes y narrador
La literatura de David Cirici sube al escenario
El hombre alza el brazo y el perro pega un brinco. Una mano se funde en el paladar del animal mientras este lanza un ladrido. Hombre y perro se mueven al unísono. Gesticulan igual, miran igual, olfatean igual, sienten igual... El escenario es su casa y por él bailan su historia. La música los acompaña, a veces triste, a veces inquietante. Siempre sorprendente. Hombre y animal tienen un relato; una singular historia perruna.
La compañía Thomas Noone Dance tiene su cuartel general en el barrio barcelonés de Sant Andreu. Allí, con marionetas gigantes sus bailarines ultiman estos días los ensayos de Molsa, una creación basada en la obra homónima de David Cirici que subirá al escenario del Lliure a partir del 21 de noviembre. Se trata de la singular historia con final feliz de un perro que pierde su hogar y a la familia con la que vive tras un bombardeo. Situada en un contexto de guerra, mezcla entre el conflicto de los Balcanes y la Segunda Guerra Mundial, Molsa buscará con tesón a su familia perdida por escombros, parques, bosques y campos de concentración. Sobre todo a Janinka y Miret, “sus niños”, cuya olor cada noche evoca.
“Molsa podría ser una buena película porque soy muy plástico en las descripciones, pero dudaba que pudiera ser una obra de teatro. Dudaba de un perro hablando”, explica el autor David Cirici, sobre su impresión cuando le plantearon llevar su obra al teatro. Pero el espectáculo que dirige Thomas Noone para todos los públicos, en especial el infantil, no tiene nada de convencional. Aunque la compañía tiene el uso de la danza en estado puro como eje principal –sus espectáculos familiares más conocidas son
Balbir, el meu avi (2011) y Alicia (2014)– , aquí se abren a nuevos medios como la manipulación de títeres de gran formato, obra del consagrado Martí Doy (su creación más famosa en la actualidad es Mic, personaje de un programa infantil del canal Super3). Así, con el binomio
dance-puppetry, logran crear un mundo imaginario mucho más rico y sugerente con el que poder trasladar a los niños la historia de Molsa. “Es la primera vez que trabajamos con marionetas pero es la única manera de trasladar los personajes al escenario”, explica Noone.
Multidisciplinar
Y no ha sido fácil. Para ello parte del equipo se trasladó a Amberes para trabajar con uno de los más reconocidos expertos en la materia, Duda Paiva, en cuyos trabajos es difícil distinguir entre marioneta y bailarín. “Nuestros muñecos son más inocentes, más naif”, explica Thomas Noone respecto a las creaciones de Paiva, con las que pone distancia al no tratarse del mismo tipo de espectáculo. El trabajo de manipulación, pero, sí que lo es. “Nosotros estamos muy acostumbrados a manipular nuestro cuerpo, pero no el de otros. Ha sido difícil pero excitante. Al principio tu nos ves (a los bailarines) pero llega un punto en que la marioneta cobra vida propia”, resalta.
La composición del espectáculo la rematan una proyección de vídeo hecha con animaciones tipo las que ilustran las novelas gráficas, que evoca lugares imaginarios y refuerza la sensación de viaje, y la figura de un narrador-actor que utiliza pequeños textos que acaban de dar contexto a la historia danzada. Un texto elaborado por el propio autor de la novela, David Cirici, que evoca el libro pero que no lo hace de forma literal, como tampoco lo hace el conjunto del espectáculo. “La palabra tiene muy poca importancia a favor del gesto. Sólo es testimonial para que se entienda mejor la escena. Sólo son pequeños comentarios que remiten al libro”, comenta Cirici. Así, texto, marionetas e imagen consiguen en su conjunto trasladar al escenario la guerra y sus derivadas pero desde un punto de vista perruno. Algo ya de por sí insólito y atractivo.
Noone y Cirici, director y escri-
Es la historia con final feliz de un perro que pierde a la familia con la que vive tras un bombardeo
El creador del televisivo Mic, el consagrado Martí Doy, es el autor de estas sugerentes marionetas
tor, comparten la creencia de que ofrecer un espectáculo rebajado de nivel sólo porque el público al que va dirigido es eminentemente infantil es una ofensa. “Es cierto que la temática es difícil pero también los niños tienen que tener consciencia de lo que es la guerra y los campos de concentración”, opina Cirici. “Lo importante es que los niños consuman cultura en directo. No sabemos si cogerán todos los detalles de la historia pero seguro que cogerán sus detalles y no por ello la historia que retengan o entiendan será menos interesante”, concluye Noone.