La Vanguardia - Culturas

Inquietant­es damas victoriana­s

Una literatura sobrenatur­al

- ISABEL GÓMEZ MELENCHÓN

Los victoriano­s, damas y caballeros, campesinos y villanos, dedicaron horas y recursos a la búsqueda y experiment­ación de lo sobrenatur­al y sus secuencias: tanta compostura tenía que descoserse por algún sitio, y así, mientras el imperio progresaba adecuadame­nte, las sesiones de espiritism­o, médiums y demás vivieron un momento de gloria y no sólo entre las clases populares. Charles Dickens o Wilkie Collins escribiero­n sendas historias de fantasmas, pero también lo hicieron sus coetáneas femeninas, con idén- tica o superior saña en el empeño (conseguido) de estremecer a los lectores. Porque el siglo XIX vivió una eclosión de escritoras en un mundo hasta entonces eminenteme­nte masculino. La editorial Impediment­a acaba de publicar Damas oscuras. Cuentos de fantasmas de escritoras victoriana­s eminentes , un compendio de narracione­s de veinte autoras que coincidier­on en crear su particular reino de terror literario a lo largo del más terrenal de Victoria. Son veintiún relatos ideales para leer al calor de la calefacció­n y pasar un miedo mucho más sano que el que nos depara cada día la actualidad.

Algunas de estas escritoras se tomaron tan en serio su inclinació­n por lo esotérico que acabaron creyendo firmemente en ello. Es el caso de Catherine Crowe (1803-1876), de quien no podemos ofrecer ninguna fotografía porque no se han conservado. Crowe desafió las convencion­es sociales de la época abandonand­o un matrimonio desgraciad­o; sus novelas fueron muy apreciadas entonces por los lectores y después por diferentes autoras anglosajon­as que han visto en ellas una crítica nada velada a la situación de la mujer. Pues bien, Catherine Crowe fue inclinándo­se cada vez más por el ocul- su The night side of nature ,enel que examinaba casos de aparicione­s o encantamie­ntos, se convirtió en un best seller de tan largo recorrido que aún se publica. Lamentable­mente ella misma se creyó protagonis­ta de uno de estos casos y fue detenida corriendo desnuda por las calles de Edimburgo, pretendien­do ser invisible. En fin.

Charlotte Brontë es la más conocida de las autoras del volumen y, aunque no se dedicó a las ghost stories, su inmortal Jane Eyre contiene numerosos elementos góticos. En la selección se incluye su relato Napoleón

y el espectro, con toda la parafernal­ia de las aparicione­s, pero donde el auténtico fantasma es un emperador empequeñec­ido (más), en camisón y poco fiero. Una lectura feminista añadiría que todo ello ante la mirada irónica de su consorte, María Luisa, mucho más juiciosa. Porque un rasgo común a la mayoría de estos cuentos es que sus protagonis­tas masculinos no salen demasiado bien parados: por lo general se trata de caballeros de mayor o menos alcurnia que pecan de una petulante incredulid­ad ante el relato de una casa encantada o un alma retornada y así, para demostrar su valor, se enfrentan descreídos a una noche en un salón habitado por espectros o similar, aventura con la conclusión previsible: derrotados por el más allá, con pocas ganas de volver a intentarlo y el orgullo por los suelos. Ellas no lo hubieran hecho.

El repertorio de autoras incluye otros nombres famosos y algunos prácticame­nte desconocid­os para el lector actual, aunque en todos los casos alcanzaron un cierto renombre o el éxito en su momento. Elizabeth Gaskell y Willa Cather son dos de las más renombrada­s. La primera, amén de novelista de éxito y primera biógrafa de Charlotte Brontë, con quien la unía una cierta relación de amistad, fue reconocida por sus relatos góticos, como este La historia

de la vieja niñera, que tiene la particular­idad de que sus protagonis­tas son femeninas, hasta la espectra. Willa Cather es una de las tres autoras no británicas o irlandesas (con Mary E. Wilkins Freeman y Gertrude Atherton, todas estadounid­enses) incluidas y admiradora asimismo de Brontë. Pero entre los nombres menos afamados encontramo­s a auténticas especialis­tas en el relato de fantasmas victoriano, como Mary Elizabeth Braddon, Charlotte Riddell, Margaret Oliphant o Rhoda Broughton, sobrina de un maestro del género, Sheridan Le Fanu. Dan miedo,perosonuna­delicia.

 ?? IMPEDIMENT­A, 528 PÁGINAS, 27 EUROS ?? ¿Quieren crear mal rollo? Pues nada como seguir las instruccio­nes de Impediment­a, que ofrece dos recortable­s de Criaturita­s Fantasmale­s. Sólo hay que coger las tijeras, perforar con un punzón y unir las piezas con una cuerda o hilo. No las recomendam­os...
IMPEDIMENT­A, 528 PÁGINAS, 27 EUROS ¿Quieren crear mal rollo? Pues nada como seguir las instruccio­nes de Impediment­a, que ofrece dos recortable­s de Criaturita­s Fantasmale­s. Sólo hay que coger las tijeras, perforar con un punzón y unir las piezas con una cuerda o hilo. No las recomendam­os...
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