Viladecans en cuerpo y alma
Utiliza la radiografia para plasma la fragilidad humana.
Cincuenta años después de su primera exposición, la Fundación Vila Casas rinde homenaje a Joan-Pere Viladecans (Barcelona, 1948) con Una mirada interior. ¿Una mirada interior?, que reúne un buen número de obras de medio y gran formato de los últimos años y con un hilo conductor: valiéndose de la polisemia de su título, usando la radiografía como objeto artístico, Viladecans centra su mirada en el interior del cuerpo pero también en el del alma. Así, sus obras aluden a la fragilidad humana, a la enfermedad y al sufrimiento, a los límites físicos pero también a los intangibles, a la búsqueda de sentidos y a la creación en un sentido amplio.
Con multitud de técnicas –óxido, resina, acuarela, collage e imágenes digitales– el artista interpela al espectador, a veces de forma descarnada, con obras donde predominan los tonos oscuros y rojos, con imágenes de precisión médica o con el añadido de una caja de medicamentos sobre el lienzo (La rosa blanca, 2013-2017). El interrogante, la “duda existencial”, además de flechas, imperdibles, cerrojos y otros símbolos, característicos del pintor, también están presentes. En otras obras, el artista parece dotar su mirada interior de un espíritu más lúdico, jugando con la imagen de una cortina teatral que deja paso a al interior del cuerpo (cráneo, pulmones, coxis). Es el caso Passin, passin (2014-2017) en la que hasta el título parece dar un sentido más liviano a la pieza. La idea recuerda al teatro de
operaciones (forma inglesa de quirófano), en los que se usaba una disposición de anfiteatro para que los estudiantes vieran al cirujano trabajar.
El uso de la radiografía como objeto artístico, que luego Viladecans amplia, manipula y pinta, tiene su inspiración en la novela La montaña mágica de Thomas Mann. En ella, la mujer regala a su amante una preciada joya, algo sumamente íntimo: una radiografía de sus pulmones, un souvenir importante dado que el relato se desarrolla en un sanatorio para afecciones como la tuberculosis. Viladecans incluye otras menciones literarias como en la serie Faust I y Faust II (2011-2014) o La tomba interior/ La
síndrome de Marfan (2012), homenaje al relato de Edgar Allan Poe Las
montañas escabrosas, en el que el personaje principal es descrito con tal precisión que los especialistas de hoy han sido capaces de diagnosticar su extraña condición.
Un continuo “examen de humildad”, así describe Viladecans su proceso creativo, un tortuoso camino de creación y destrucción hasta llegar a la expresión deseada, esa que se compartirá con el público y le hará partícipe de un pensamiento, de una emoción, de una pregunta. Así, la muestra también recoge las anotaciones de su diario de artista en las que se puede ver un proceso exhaustivo, una planificación detallada, con esbozos y notas que marcan colores, texturas y hasta títulos. Con todo, un trabajo que cuestiona las fronteras del arte, la medicina y la ciencia, disciplinas que, según el pintor, tienen en común su “enemistadconlamuerte”.