Para entender Europa: ocho libros imprescindibles
Europa es una cultura literaria. Su historia se revela recurriendo a los libros que trataron de entenderla. He aceptado el desafío de proponer ocho títulos que estimo imprescindibles en la biblioteca de cualquier europeo
Marco Polo El libro de las maravillas del mundo (1296)
Este relato de las impresiones de un viaje por Asia Central hasta China, desde Bujara y Samarcanda hasta la actual Beijing, narrado por Polo y escrito en francés por Rusticello de Pisa, en una prisión genovesa, se convirtió en una obra de lectura obligada durante siglos: fue el libro que llevó consigo Colón en su travesía por el Atlántico hasta las Antillas. Se trata de una valiente apuesta a favor del mundo de los horizontes abiertos, pues valora la globalización como la oportunidad de alcanzar la unidad en la diversidad del género humano mediante descripciones de un deslumbrante imaginario geográfico que suscita la pasión europea por el viaje a tierras lejanas. Además de ser un decidido alegado a favor del cosmopolitismo como vía del crecimiento económico y bienestar social.
Nicolás Maquiavelo El Príncipe (1513)
En la Europa del Renacimiento la política se convierte en un ejercicio de realidad alejándose del interés de los clásicos grecorromanos, Platón, Aristóteles, Tito Livio, San Agustín, por encontrar lugares utópicos donde desarrollar los planes de una república ideal. Un cambio de perspectiva sobre el sentido del poder ligado a la alta cultura artística y literaria que surgió antes e inmediatamente después del descubrimiento de América. En esa nueva concepción del arte de gobernar donde el fin justifica los medios descansa la sociedad abierta que conduce al ejercicio representativo del demos en la vida pública, vale decir a la democracia parlamentaria, la menos decepcionante de las formas de gobierno mientras no se la corrompa con el abuso de las minorías mayoritarias y el populismo que debe ser la máxima preocupación del Príncipe.
William Shakespeare Otelo (1603)
En la Edad Moderna Europa descubre el poder de las emociones y la literatura se encamina a definir el mundo de los sentimientos con Cervantes, Marlowe, Madame de Lafayette, los grandes escritores de la época, y desde luego con Shakespeare, centrado en definir los caracteres humanos mediante tipos humanos convertidos en paradigmas universales. Construye así con sus piezas teatrales un imaginario de pulsiones anímicas que exigirá entender la vida interior tanto como la economía y el orden social, la duda con Hamlet, la maldad con lady Macbeth, la ingratitud con el rey Lear y los celos con Otelo. Por eso seguir la pista a este hombre, y verlo después como tema de libretos de ópera, magnífico cuando le pone música Verdi, significa entender el efecto de una intriga desleal para empujarlo a un gesto desesperado que le lleva hasta el asesinato.
Edward Gibbon Decadencia y caída del Imperio Romano (1776-1789)
Mientras Europa contemplaba por primera vez como una parte de su suelo colonial decidía ind ndizarse de la metrópoli, dando nalos EE.UU., un inglés de alt a comenzó a escribir una mo al reflexión sobr cedió y en par la civilización ro tal trabajo es un far l concepto decadenci moral ligado al de rrupción y al pop que atra los romanos que nca lograron superarlo. En su relato se detecta una fuerte inquietud porque esa misma situación le suceda a los europeos, a los que ve atrapados en una crisis moral semejante a la romana. No se equivocó. En los siglos siguientes, Europa vivió una sucesión de guerras civiles, napoleónicas, franco-prusiana, primera y segunda Guerra Mundial, que la ha llevado a estar atrapada hoy entre tres superpotencias, EE.UU., China y Rusia, dispuestas a sacarla de la historia del siglo XXI devolviéndola al siglo XIX.
Johann Wolfgang Goethe Fausto (1808)
Es el mito europeo por excelencia, el único, con la excepción del mito del rey Arturo cuyo origen es confuso, que define un modo de ser dominado por la curiosidad que exige la ciencia. Vivir para saber haciendo que la vida pase sin que uno se dé cuenta. Pasión fáustica que arranca de un cuento de la Alemania medieval, sigue con Marlowe y llega a Thomas Mann. Un modo de ser que atraviesa las fronteras del conocimiento prohibido para indagar en el territorio que las religiones han reservado a los dioses, por tanto ajeno a la moral y cercano a la magia. El conflicto entre la sabiduría yla a, entre la vejez y la juventud, ent filosofía y el amor lleva a F un pacto con Mefistófeles, al q ende el alma a cambio de n la joven de la o, convirtiendo logo sobre las situamas a las que llevan los
Stendhal
La Cartuja de Parma (1839)
Definir cómo debe ser Europa tras la conmoción que supuso la revolución francesa y las guerras napoleónicas es el objetivo de esta famosa novela, la más importante de su siglo, donde se revalúa el efecto de la historia en la vida humana. Siguiendo las peripecias de su protagonista, perplejo por no saber si en verdad estuvo en la batalla de Waterloo, se esboza el porvenir de una civilización sometida a la permanente presión del pasado, por la recuperación de los ideales revolucionarios en las tres jornadas de julio de 1830 o por la exaltación de la Edad Media como la matriz cultural europea en las obras de Chateaubriand o Hugo. La novela bucea los territorios ignotos del futuro con la grandeza que ofrece un saber incierto, amable, que se aleja de los dogmatismos, el saber que d ne el arte de la novela desde ent , con Balzac, Flaubert, Tolstoi ín, Proust, Musil, Broch o Joyc n narrativa de la Euro-
Harry Kessler Diario (1893-1937)
Este aristócrata alemán, de madre irlandesa y de ideas progresistas que le llevaron a militar en partidos de izquierda, fue un testigo clave en la comprensión de cómo Europa pasó de la belle époque a los oscuros años treinta mediante la demolición del sistema de valores que había sostenido lo que Stefan Zweig mó el mundo de ayer.Alolargodesuvi a anotó con esmero las circunstancias de ese cambio histórico dejando como legado un diario que es el mayor y más contundente testimonio de un europeo sobre el devenir de una civilización que decidió suicidarse a cámara lenta. Se implicó en definir y sostener la vida cultural con amigo omo Hugo von Hofmannsthal, co ue hacía libretos para Richard S después en la lucha política tra ción espartaquista
oviblema don nn y otras insign s rminar perseguido p nazismo, refugiánd ego en casa de su he en la iña francesa, dond urió conscien que el mundo de la alta cultura entraba en un ocaso.
Federico García Lorca Poeta en Nueva York (1929-1930)
Tomar distancia de una sociedad dañada es ir a lo que en los años veinte se llamó urrealismo. Costaba encontrar r uestas a las múltiples torpezas c s que se gestionó el fin de la Gr a y el demoledor Tratado de s. Entre lo bolcheviques
s en Italia, el uebrajó. Porque lusión se convirtió o del gulag y el futuato a favor del pron las maquinas teróenla grafía nazi y en los campos de ex nio. Había una salida, esa experiencia situada más allá del límite: “No preguntarme nada. He visto que las cosas/cuando buscan su curso encuentran su vacío”. Una mirada hacia un mundo deshumanizado, donde las máquinas se imponen a los hombres, con poemas que le acercan a las imágenes de Tiempos modernos, con la misma belleza y convicción crítica.