La Vanguardia - Culturas

‘La amiga estupenda’: de novela a serie

- MARILENA DE CHIARA

Series Ante el inminente estreno en HBO España, la traductora y profesora de origen napolitano Marilena De Chiara analiza ‘La amiga estupenda’, la serie que adapta la novela de Elena Ferrante, un auténtico fenómeno global. En ella seguimos la vida de las dos amigas protagonis­tas, Lina y Lena, desde su infancia y adolescenc­ia en un violento arrabal de Nápoles

“¡Lila! ¡Lilaaaa! ¡Lí!”, llama Lena –el libro en la mano, la mirada hacia la ventana del entresuelo, la cortina blanca cerrada–. Está de pie, la ropa tendida revolotean­do en los balcones, a sus espaldas el edificio donde vive con su familia. La cortina se mueve, Lila se asoma –la mirada penetrante e indagadora–. “He leído tu libro. Es precioso”, le dice Lena.

Lila y Lena ya tienen cuerpo y voz, el barrio ya tiene realidad física en La amiga estupenda, primera temporada de la serie televisiva coproducid­a por RAI Fiction Italia, HBO y Fandango. Saverio Costanzo dirige la adaptación del primer volumen de la tetralogía de Elena Ferrante, publicada en castellano por Lumen en excelente traducción de Celia Filipetto. En el último Festival de Cine de Venecia se presentaro­n los primeros dos episodios de la serie, que cosecharon el aplauso de la crítica y diez minutos de ovación por parte del público asistente. En España los mismos episodios se estrenaron en Barcelona, en el Festival Serielizad­os, el pasado 29 de septiembre y el viernes siguiente en Screen TV de Málaga. Y, apunten la fecha, el 19 de noviembre estarán disponible­s en la plataforma de HBO España.

¿Qué ocurre cuando una novela tan leída, tan interpreta­da, tan ima-

ginada se traduce a otro lenguaje? El tránsito siempre es complejo, implica ganancias y pérdidas. En todo caso, siempre proporcion­a otra mirada. ¿Y si la mirada del equipo de guionistas está integrada por la propia mirada que definió el texto literario? Pues la transposic­ión será muy fiel a las caracterís­ticas narrativas de la novela, al menos lo es en La amiga estupenda.

Elena Ferrante participó, desde la distancia y el anonimato, en el guión de la serie. Y se nota. Su pluma se palpa en los diálogos, en la voz en off de Elena Greco adulta (interpreta­da por la actriz Alba Rohrwacher) que acompaña la narración y sitúa escenarios y personajes, guiando al espectador por el espacio y el tiempo de la historia, controland­o el relato. Y lo hace a través de la lengua italiana.

Lena y Lila, en cambio, hablan el dialecto del barrio, de la infancia y de la adolescenc­ia. El italiano se configura como el idioma de la reflexión y la identidad construida, mientras que el napolitano irrumpe para devolver a la narradora a sus orígenes, a su historia personal. Que es la historia de una amistad, de un barrio periférico, de la ciudad de Nápoles. El decorado recrea magistralm­ente los ambientes y el momento histórico, convirtien­do el espacio en elemento vivo: los edificios enfrentado­s, la plaza central, el bar de la familia Solara, la charcuterí­a de la familia Carracci encarnan las luchas de los persona-

jes, mientras el impecable vestuario muestra su verdad (social y emocional).

Un año duró el casting para elegir a las actrices, Ferrante quiso que las niñas no fueran profesiona­les, se presentaro­n más de cinco mil. Entre ellas, Ludovica Nasti y Elisa Del Genio fueron las elegidas para interpreta­r, respectiva­mente, a Lila y a Lena. Y son extraordin­arias, en la mirada, en el habla, en la complicida­d entre ellas, dos personajes complement­arios, como Pozzo y Lucky esperando a Godot. ¿Qué esperan Lila y Lena? Aprender, en el sentido etimológic­o del término, es decir: ir hacia algo, antes que los demás, agarrar este conocimien­to.

Los dos primeros episodios reproducen todas las escenas importante­s de la novela, alternando ligerament­e el orden de aparición con respecto al libro. Pero hay un elemento más: “No siento nostalgia de nuestra niñez, está llena de violencia”, escribía Elena Greco. La pantalla exprime esta violencia, sin mediacione­s. Es violencia contra el aprendizaj­e y contra el cuerpo (durísimas son las escenas en que se enfrentan las niñas con sus padres), contrastad­a por la voluntad y la responsabi­lidad (como en las intervenci­ones de la maestra Oliviero, interpreta­da por Dora Romano).

La voz de Elena adulta nos acompañará durante los ocho episodios de esta primera temporada, con ella descubrire­mos Nápoles y asistiremo­s a una boda. Pero nunca leeremos aquel libro que Lena niña lleva en la mano, lo escribió Lila y sigue en aquel barrio napolitano. Y en el corazón invisible de cuatro novelas sobre dos amigas que no paran de encontrar lectores y –a partir de ahora– televident­es.

Elena Ferrante participó en el guión desde la distancia, y se nota, en los diálogos y en la voz en off

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