Segunda oportunidad
La exposición del MNAC del año pasado rescató la intrigante figura de Ismael Smith Marí, el artista que disfrutó de fama local durante el noucentisme, a pesar de que su obra y su sensibilidad queer tienen poco que ver con el orden que se asocia con ese movimiento. Los que se la perdieron o los que se quedaron con ganas de más pueden ir ahora al Palau Antiguitats, en Barcelona, donde se exponen hasta finales de enero un centenar de obras (esculturas, ilustraciones, exlibris…) de este dandy decadente que probó París en su juventud, volvió desengañado, acumuló proyectos sin realizar (entre ellos, su monumento al Sagrado Corazón que no se aceptó en la Exposición Universal de 1929) y acabó pasando los últimos doce años de su vida encerrado en el psiquiátrico de Bloomingdale.