Stephen Hawking mira la Luna
Una vez al mes, ‘Cultura/s’ publica uno de los diez retratos de un personaje público realizados por Jordi Bernadó como parte de su proyecto ‘ID’
El profesor se puso americana y pañuelo, a pesar de saber que su indumentaria no se apreciaría
Nunca ganó el Nobel –como la mayoría de nosotros– y escribió un libro para niños con su hija Lucy. Hizo una fiesta para viajeros en el tiempo y formó parte del equipo de remo de la Universidad de Oxford. Era británico pero tenía acento americano. El sintetizador de voz que le permitía hablar era un DECTalk DT C01, un viejo equipo de 1986 que no quería actualizar porque aseguraba que era la voz que más le gustaba y que con ella, bromeaba, tenía más éxito con las mujeres. Sin ser actor, salió en la televisión y el cine. La primera aparición televisiva fue en 1993 en la serie Star Trek:
the Next Generation, interpretando a Albert Einstein y a Isaac Newton. Además apareció en varios capítulos de la serie Big bang y puso su voz a tres capítulos de Los Simpson. Por si fuera poco participó en una canción de Pink Floyd e hicieron una película sobre él y su vida, titulada La teoría del todo.
Stephen Hawking: astrofísico, cosmólogo, divulgador científico, ícono de la cultura popular y uno de los científicos contemporáneos más reconocidos. Autor de la teoría del big bang y teórico de los agujeros negros que puso edad al universo: nada más y nada menos que 13.700 millones de años, y antes no existía nada porque tampoco existía el tiempo.
Fue la admiración que sentía Jordi Bernadó por la obra y el esfuerzo vital de Hawking lo que le llevó hasta él. Necesitó tres intentos para conseguir el retrato: el primero se canceló por razones médicas y el siguiente porque llovía, circunstancia que podía afectar a la frágil salud del profesor, pero aquí está la prueba de que a la tercera va la vencida. Para la ocasión, Hawking se puso americana y pañuelo, a pesar de que el fotógrafo le hubiera adelantado que el retrato iba a ser de espaldas y a lo lejos y que, por tanto, su indumentaria no se apreciaría.
Lo que sí se aprecia para todo buen observador es otra cosa. Poco antes de que tuviera lugar el disparo, el cielo encapotado se abrió y apareció, en el margen izquierdo de la fotografía, la luna. De maneraquepodríamosdecirqueesteesunretratode Stephen Hawking mirando la luna.