Avances e inquietudes
INVENTIVA: PONY EXPRESS
En 1859, en plena fiebre del oro en California, surge la necesidad de agilizar las comunicaciones y tres emprendedores de la época idean un sistema de reparto postal mucho más rápido que las diligencias. Una suerte de carrera de relevos a caballo que recorre 3.100 kilómetros en tramos de 10 kilómetros al galope. Una carta cruza el país de costa a costa en el tiempo récord de ¡10 días! Había nacido el Pony Express, fruto del ingenio y la ambición empresarial aplicados a una necesidad. En 1861 el tendido del telégrafo transoceánico hunde el floreciente negocio. Un siglo más tarde, nuevo salto cualitativo con el telefax: en 1960, Xerox comercializa un aparato que permite mandar fotocopias por vía telefónica. Con los ordenadores y el correo electrónico, el fax sigue el destino del Pony Express.
RUPTURA: CINES Y KODAK
Cuando empezaron a hacerse proyecciones de cine muchos vieron el invento como un entretenimiento intelectualmente empobrecedor y costó que se reconociese su potencial artístico. Pero se consideró también un peligro porque la inestabilidad de la película provocaba con cierta frecuencia incendios en los cines, hasta que se dio con materiales menos inflamables mediante un proceso evolutivo de mejora. En el caso de la aparición de la fotografía digital no hay proceso evolutivo sino de ruptura. Eastman Kodak, una marca consolidada que en 1988 empleaba a 144.000 personas, en el 2012 entró en concurso de acreedores y en el 2013 tuvo que abandonar por completo la producción de película fotográfica. Los avances cada vez más se producen no por evolución, sino por ruptura.
RIESGOS: TAXISTAS LONDINENSES
Hace unos años el University College de Londres hizo un estudio para comprobar el impacto de la memoria en el tamaño de determinadas zonas del cerebro. Para ellos eligió a un grupo de aspirantes a taxista en Londres (una ciudad con 25.000 calles y por tanto especialmente difícil de memorizar) y varias personas de control, y se les hicieron diversas pruebas. Cuatro años después se repitieron y se comprobó que en los que habían superado el ingreso y estaban ejerciendo de taxistas había un mayor desarrollo del hipotálamo que en quienes no lo superaron y en las personas de control. La gran pregunta todavía por responder es: en la actualidad, con el uso del GPS, ¿los taxistas londinenses siguen teniendo un hipotálamo privilegiado? Y de aquí surgen otras sobre nuevas tecnologías y capacidad cerebral, déficit de atención…
DATOS: HACKEAR HUMANOS
Erich Schmidt, jefe de Google, lo dijo bien claro: “Sabemos dónde está usted, sabemos dónde estuvo y sabemos más o menos lo que está pensando”. Según Ranga Yoshegvar, los datos masivos son al siglo XXI lo que la energía del vapor al XVIII y lo que la electricidad al XIX, un vector que lo transforma todo. Datos que permiten anticiparse en la prevención de enfermedades, pero también controlar movimientos, gustos, patrones de consumo, tendencias ideológicas. Yuval Noah Harari habla de “hackear humanos”, ya que la tecnología no sólo permitirá controlar tus gustos, sino que se podrán inducir a partir de los algoritmos. Ya no se trata de hackear el teléfono o el ordenador, sino “el sistema operativo orgánico del individuo”.
VIDA 3.0: INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Max Tegmark resume la evolución de la vida en tres fases: la biológica (1.0), en la que tanto el software como el hardware son productos en evolución; la cultural (2.0), en la que se puede diseñar el software mediante el aprendizaje, y la tecnológica (3.0) en la que se puede diseñar también el hardware, convirtiéndose en dueño de su propio destino. Según el autor, la inteligencia artificial nos permitirá a lo largo del siglo XXI crear vida 3.0. El reto será cómo manejar esta nueva realidad para que no se haga un mal uso del abanico de posibilidades que se abre y para que la inteligencia artificial no acabe.