Salamandra de dos cabezas
Se cumplen ochenta años de la fundación de la editorial argentina Emecé, creada en 1939 por los emigrantes españoles Mariano Medina del Río, Arturo Cuadrado y Luis Seoane. En los años cuarenta se asoció con ellos y acabó tomando las riendas Bonifacio del Carril, escritor y político (llegó a ser ministro). Del Carril la convirtió en una pequeña editorial culta que contrató a un joven introvertido que empezaba que parecía prometer llamado Jorge Luis Borges. A mediados de los setenta quiso desembarcar en España asociándose con el editor Salvat, pero no funcionó. En los años ochenta, uno de sus hijos insistió en volver a probar fortuna con una editorial de pequeño formato, pero más anclada en el territorio barcelonés. En 1989 se funda la filial española de Emecé, hace ahora 30 años. El otro hijo, Pedro del Carril , no tenía de entrada interés en entrar en el negocio familiar y en aquellos años de juventud “andaba pululando por Barcelona”, pero acabó poniéndose codo con codo con su hermano.
Para que me cuenten el resto de la historia, me voy hasta las oficinas de la editorial Salamandra, enfrente de la estación del Nord de Barcelona. No es un sitio de lujo por encima de la Diagonal como las sedes de los grandes grupos o las editoriales exquisitas ni un lugar cool en Ciutat Vella o Gràcia como prefieren los editores millennials. Una discreta placa de notario sobre el telefonillo del inmueble es todo el anuncio de que esa es la sede mundial de Salamandra, y eso te dice mucho del carácter de sus propietarios. Pero ojo, Salamandra es una de las editoriales en castellano más influyentes de las últimas dos décadas.
Pedro del Carril me cuenta que fue crucial “cuando conocí a Sigrid y llegó el flechazo”. Harry encontró a Sally. A mi lado, Sigrid Kraus sonríe con timidez de colegiala. Alemana criada entre Angola y Brasil, se vino a Barcelona y se quedó a trabajar en Círculo de Lectores. Pedro y ella se unieron personal y profesionalmente. Y en 1992 el tándem Kraus-Del Carril se puso en marcha dentro de Emecé. “No fueron años fáciles. Se trabajaba siete días a la semana. Los directores de la editorial Salamandra, Pedro del Carril y Sigrid Kraus
¡Nuestra luna de miel fue viajar a la Feria del Libro de Frankfurt!”, rememoran. La publicación de La nada cotidiana de Zoé Valdés fue el primer éxito importante. Cuando la marca Emecé se vendió a Planeta en 1999, decidieron irse por libre y fundaron en el 2000 la editorial Salamandra “porque queríamos depender de nosotros mismos”. Les pregunto la razón de su éxito: Pedro afirma que “la falta de prejuicios y la intuición de Sigrid”. Y Sigrid, “el apoyo total de Pedro. El animarme siempre a no tener miedo”.
Una de esas intuiciones fue comprar los derechos de un libro infantil de una autora desconocida aunque el informe dijera que era un obra de magos de hechuras anticuadas. Era Harry Potter y la piedra filosofal. Y la varita de Sigrid siguió funcionando: la Suite francesa de Irene Nemirovsky, Zadie Smith, El niño del pijama de rayas, Cometas en el cielo… sin que yo pregunte, Del Carril señala también sus errores: “¡Se nos escaparon El código Da Vinci o Las cenizas de Ángela!”. Muchas nuevas editoriales quieren parecerse a Salamandra. Le pregunto a Sigrid si hay un secreto Kraus… “Cada libro tiene que tener un sentido, un porqué. Ahora somos 17 personas en la editorial y podríamos crecer, pero no queremos, incluso queremos publicar menos títulos, para dar todo el sentido a cada libro”. Pedro señala “la calidad como inspiración y el máximo nivel de exigencia”. Le pregunto si son unos jefes pesados con la exigencia… “Pues creo que sí somos pesados, pero es que es muy importante cuidarcadadetalleporquetenemosorgullodeoficio.¡Somosartesanos!”.