La Vanguardia - Culturas

El horror, el horror

Narrativa Ramón González convierte su experienci­a en Bataclan en novela

- JUAN ÁNGEL JURISTO

Ramón González (Daimiel, Ciudad Real, 1984), licenciado en Ingeniería Química, profesor de enseñanza secundaria en París, ciudad en la que vive desde el 2011, se encontraba en la sala Bataclan el 13 de noviembre del 2015 con ánimo de escuchar a los Eagles of Rock Metal. Hacía tiempo que la sala Bataclan había dejado de ser la típica discoteca donde iban los hijos de los emigrantes españoles de los sesenta los sábados a mover el esqueleto y ver si pillaban algo, y se había convertido en centro de cierta juventud un tanto cool pero nada exclusiva, en abierto contraste con el esnobismo de los bobos del Marais y grupos similares. González, que en los ratos libres que le dejaba la docencia había escrito varias narracione­s que habían sido rechazadas por las editoriale­s, asistió al asesinato despiadado, cruel, al modo de las ejecucione­s, de más de 80 personas; se calcula que en la sala había más de 1.500 que como él intentaban pasar un fin de semana divertido.

Aquel atentado terrorista donde tres radicales islámicos sembraron el miedo esa noche en las calles de París se ha convertido con los años en un símbolo del terror a que pueden ser sometidos los ciudadanos de un país, como sucedió en Atocha, en Madrid, o en las Ramblas, en Barcelona, ciudades en las que las crónicas periodísti­cas se han mostrado pródigas pero cuyos sucesos, por ahora, no han sido objeto de materia literaria. Paz, amor y death metal, primera novela de Ramón González, ha convertido la sala Bataclan en materia narrativa, y el resultado es una indagación en ese otro lado que no se cuenta en las crónicas y que en cierta manera representa la realidad genuina arrebatada por el necesario espectácul­o mediático en que se convierte la cosa.

Paz, amor y death metal se convierte, así, en una novela que hace carne aquello que Miguel de Unamuno llamaba la intrahisto­ria y que considerab­a más importante que la crónica de sucesos porque se centraba especialme­nte en lo que el hombre tiene de específico. Ramón González trasmite el horror atendiendo a su sola persona y las secuelas terribles que hechos así dejan a las personas que logran salir de atentados de esta índole. Ramón González ha sido afortunado por partida doble: salió con vida de la sala y, además, ha logrado exorcizar fantasmas con la escritura de esta notablenar­ración.Elhorror.

Ramón González

Paz, amor y death metal TUSQUETS. 208 PÁGINAS. 17 EUROS

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