La guerra que frustró a un joven
Novela Maria Barbal retrata a Benet, rodeado de su familia pallaresa y barcelonesa, y de un escocés de las Brigadas Internacionales que escribe su historia
En estos últimos años en la literatura catalana se ha abierto una falla. En el pequeño mundo de las pequeñas editoriales se ha producido una transformación muy interesante. Se han tratado temas que nunca antes se habían tratado, desde puntos de vista inéditos. Eva Baltasar, Alicia Kopf, Albert Forns, Max Besora: hace cuatro días no existían. En el mundo de la edición comercial y del negocio editorial, estas novedades no han acabado de cuajar. Cada año se publican novelas sobre la guerra, el estraperlo, las obras hidráulicas del Pirineo, los brigadistas, los maquis y la Guardia Civil. Son dos mundos que no se comunican y hacen pensar en modernistas y novecentistas, fabrianos y prefabrianos, escritores de antes y de después de la guerra. Existen dos comunidades de escritores, de editores y de lectores.
A l’amic escocès de Maria Barbal cae de lleno en el segundo grupo. “Què voleu que hi faça?”, que diría Vicent Andrés Estellés. “Elemental, ja ho sé”: Maria Barbal nació en Tremp, en 1949. Y ese mundo –el Pirineo, la guerra y la posguerra– es su mundo. Cuando se ha adentrado en otras historiasypaisajesnohaacabadodefuncionar. Esta nueva novela es una variante de algunos de los temas y personajes que mejor le salen, que más han conectado con el lector y que han cosechado mayores éxitos. Para empezar, ahora el protagonista es un chico. Un chaval de montaña, buen mozo.Lavidadecasalepesa,legustaría vivir en Barcelona y encontrar a una chica. Pasa allí su servicio militar en los años de la República, ve cómo trabajan y se divierten el tío sastre de la calle Bergara y su esposa, una rubia bastante guapa. Pero tiene que regresar, trabaja en Obras Públicas y acaba en el frente, le hieren y es entonces cuando conoce al amigo escocés, uno de aquellos comunistas internacionales que vinieron a luchar en favor de la República.
Con todos estos elementos, Barbal construye una novela sobre las vocaciones fallidas, en la cual el peso de las descripciones de la vida del chico (que mientras estaba convaleciente en un hospital, con problemas neurológicos, escribió un cuaderno) ahoga la poca electricidad argumental. Cuando eran niños, en el pueblecito de Riublanc, a Benet y a Veva a veces les llegaba la revista En Patufet .Yen verdad que si el héroe de A l’amic escocès estuviera dibujado por Junceda quedaría la mar de bien: en mangas de camisa, con la raya bien marcada, como los trabajadores honrados de tantas y tantas Pàgines Viscudes. Narrativamente, el centro de la novela es la sección titulada Veus. Mirades , en que los familiares hablan del chico, de cómo le afectaron el desamor de los padres y las desgracias de la guerra, se refieren a su talento para dibujar y escribir que no salió de la botella. Cada retrato acaba con una carta de amor. Parece todo muy verídico, aunque un poco plano. Los lectores de Pedra de tartera (1985), Mel i metzines (1990) y Càmfora (1992) encontrarán aquí una versión crepuscular, melancólica,delmismouniversoíntimo. COLUMNA / DESTINO. 298 / 328 PÁGINAS. 20 EUROS