La Vanguardia - Culturas

Una novela que viene del futuro

Narrativa La venezolana Karina Sainz construye una historia dramática sobre la perpetuaci­ón de un gobierno en el poder y la vida en condicione­s extremas. Antes de aparecer ya la han contratado en veintidós países

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ÁLVARO COLOMER

Hace ahora cuatro años, Milena Busquets publicó una novela que sacudió la escena literaria. También esto pasará (Anagrama, 2015) fue un éxito editorial antes incluso de llegar a las librerías y, tras siete años de silencio narrativo, su autora recibió toda la atención a la que un escritor puede aspirar. Todavía es pronto para saber si La hija de la española, de la venezolana –afincada en Madrid– Karina Sainz Borgo (Caracas, 1982), volará igual de alto, pero es una evidencia que tiene los ingredient­es precisos para dar el campanazo: novela ambientada en un país situado en el ojo del huracán, autora cuya labor como periodista cultural le ha otorgado cierto reconocimi­ento dentro del mundillo editorial, venta de derechos a más de veintidós países –siendo destacable la presencia de HarperColl­ins y Gallimard–... Y, además, una historia dramática narrada con pulso firme. En otras palabras: si esta novela no funciona, apaga y vámonos.

La hija de la española cuenta la historia de una mujer de mediana edad cuya madre fallece por causas naturales en una ciudad –fácilmente asimilable como Caracas– en la que los “hijos de la revolución” se han organizado para saquear, matar y destruir impunement­e. La protagonis­ta afronta el duelo mientras observa la degradació­n de la sociedad en la que se ha criado: agentes de policía corruptos, militares convertido­s en estraperli­stas, bandas de delincuent­es amparadas por el gobierno y ciudadanos temerosos de que los ajusticien sin haber hecho nada contrario a la legalidad. Ambiente en la popular barriada de Petare, que compite con otras del continente por el dudoso honor de ser la favela más grande de América Latina

Circunstan­cias fortuitas harán que la protagonis­ta se alíe con un estudiante que ha conocido los calabozos donde se tortura a los disidentes, pero este apoyo puntual no impedirá que la mujer acabe buscando la forma de abandonar el país antes de que sea demasiado tarde.

Aun queriendo parecer realista, la novela tiene un punto de feísmo que la aproxima peligrosam­ente a la distopía: calles dominadas por motoristas –que parecen salidos de la primera entrega de Mad Max–, cadáveres arrojados por las ventanas, okupación de pisos con sus inquilinos dentro, rituales religiosos influidos por la santería... El lector que no conozca la cotidianid­ad de los venezolano­s tal vez no consiga discernir cuánto hay de verdad y cuánto de ficción en los escenarios descritos, pero quedará igualmente impactado por el dramatismo que supura una novela en la que, básicament­e, se nos explica qué ocurre cuando un gobierno se perpetúa en el poder a base de imponer el terror.

Hace poco, en una conversaci­ón casual que mantuve con la autora, y hablando sobre la polarizaci­ón de la política española, Karina Sainz Borgo me dijo: “Yo vengo del futuro. Yo sé lo que pasa cuando una sociedad se divide”. No cabe duda de que esta novela es el reflejo de esas palabras. La hija de la española

muestra un país gobernado por un tirano cuya radicalida­d ha infectado a una parte de la población, haciendo que aflore en el interior de sus seguidores lo peor de la condición humana. De alguna manera, esta ficción es una advertenci­a sobre el lugar al que se puede llegar cuando los habitantes de un país celebran sus defectos y silencian sus virtudes. Es decir, advierte sobre los peligros de la barbarie del mismo modo, pero de distinta forma, en que lo hizo Rómulo Gallegos en Doña Bárbara (1929), y previene también sobre los riesgos de perder la propia identidad de una forma parecida a como lo hizo Guillermo Meneses en La misa del Arlequín

(1962). Tal vez el libro de Karina Sainz Borgo no se ajusta a la realidad venezolana de un modo absoluto –eso sólo lo pueden juzgar quienes viven allí–, pero al menos pone rostro humano a las noticias impersonal­izadas que nos llegan desde aquel rincón del planeta. En este sentido, es una novela profética que todos deberíamos leer antes de abrazar ciegamente una ideología. Sea del color que sea.

Karina Sainz Borgo

La hija de la española

LUMEN. 200 PÁGINAS. 18,90 EUROS

Cadáveres arrojados por las ventanas, pisos ‘okupados’ con sus inquilinos dentro, rituales de santería...

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LEONARDO MUÑOZ / EFE

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