El CCCB toma la palabra
Veo a Rosa Mora, una institución del periodismo cultural, traspasar una puerta camuflada en la pared del restaurante Semproniana y desaparecer. Al poco, lo hace la responsable de comunicación del Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), Mónica Muñoz, acompañada de la nueva directora, Judit Carrera. Carrera accedió al cargo en septiembre tras una larga deliberación de expertos. Me gustó que escogieran a alguien de la casa (17 años remando en el CCCB) con preparación, entusiasmo y ganas de trabajar, en vez de buscar un figurón. Un camarero me chiva que se trata de una comida de la asociación de periodistas culturales en el comedor secreto.
El 20 de marzo arranca Kosmopolis en el CCCB: cinco intensos días en torno a la literatura con presencia de autores como Vila-Matas, Marina Garcés, Julian Barnes o Susan Orlean, encuentros de slam poetry y presencia de físicos para hablar de relato y física cuántica. Así que aprovecho que nunca salgo de casa sin una peluca rubia y que se han dejado en un perchero una chaquetilla de chef negra para colarme en la comida disfrazado de Ada Parellada y me quedo remoloneando.
Un periodista más anticuado que los caramelos de la tos le pregunta a Judit Carrera si tras el fin de semana de actividades van a celebrar los 25 años del CCCB con una retrospectiva. Responde con amabilidad que “en estos 25 años se han hecho 170 exposiciones, han pasado más de 2.000 ponentes… pero no queremos caer en la nostalgia. Queremos mirar hacia delante. La gente joven es el futuro del CCCB. No queremos ser un contenedor para un público pasivo sino que el público sea participativo”.
Desde una esquina, imito la voz de tenor de Ricard Ruiz y le pregunto por Kosmopolis y la conexión del CCCB con el mundo del libro… “Kosmopolis La politóloga Judit Carrera será la nueva directora del CCCB
representa muy bien el espíritu del CCCB. Barcelona es una potencia editorial y literaria en dos lenguas, y un centro cultural ha de ser altavoz de la realidad que existe en su ciudad. Pero queremos ser más que un instrumento al servicio de la industria editorial. Queremos ser multidisciplinares, mezclar lenguajes diferentes y considerar la literatura en sentido amplio. Nos interesa el mundo de la palabra. La filosofía, la reflexión, el ensayo… son a día de hoy instrumentos de resistencia política. Y la imaginación de la narrativa, la poesía o el cine nos hacen pensar que las cosas podrían ser de otra manera. Hemos de ser un ágora. La palabra es el instrumento último de la libertad de expresión y es un valor en el que, actualmente, hemos de ser más militantes que nunca”. ¡Militemos!