El gran maestro del clima
Novela Toni Sala reconstruye la relación entre cuatro personajes en torno a un hombre que ha matado a su mujer, para ser él mismo, porque sí
Cada nuevo libro que publica Toni Sala (Sant Feliu de Guíxols, 1969) me reafirma en la convicción de que nos encontramos ante uno de los grandes autores catalanes contemporáneos, aparejada con la idea de que si sus libros no tuvieran argumento no pasaría nada. Sala es un gran maestro del clima: cómo va construyendo el ambiente, a partir de lo que realmente pasa y de las imaginaciones de los personajes, del personaje, porque el narrador de los libros de Sala es un yo como una casa, que se despliega de forma coral.
Por ejemplo, en la arrancada de Persecució dedica unas páginas antológicas a contar lo que se encuentran los empleados de las inmobiliarias en los pisos que compran y que enseñan para vender: los huéspedes han dejado habitaciones montadas, ropa en los armarios, en los últimos años ha proliferado la moda de la decoración egipcia y Sala lo relaciona con la idea de la tumba del faraón: todos llevamos un reyezuelo en el cuerpo. O más adelante, cuando establece un paralelismo entre los animales del matadero y los inmigrantes que mueren en transportes clandestinos, y describe tan bien el accidente de un camión de cerdos.
Qué páginas tan brillantes. Y no sé hasta qué punto es necesario leerlas en una trama con una acción. Para Sala, la novela es el médium que permite revivir vidas y paisajes. En Persecució el argumento gira alrededor de una mujer que descubre que el tipo con el que lleva saliendo un año mató a su esposa y pasó una temporada en la cárcel. De la relación del hombre con dos delincuentes que conoció en la trena (con el episodio delirante de una salida a Platja d’Aro con montañas de farlopa). Y de la historia de una azafata que acabó trabajando en un hotel, cerca del aeropuerto de Giro- Una azafata de vuelo, protagonista de una de las historias de Toni Sala