La uva en su tiempo
Novela El mismo paisaje para dos historias que reflejan su propia época
GABI MARTÍNEZ
Coinciden en librerías dos obras literarias enfocadas en la vendimia, y quizá sea otro síntoma de un renovado interés medioambiental. Ambas breves y de alto contenido autobiográfico, narran experiencias vividas por los autores en torno a los veinte años. Una, en 1978. La otra, casi cuatro décadas después. Resulta estimulante observar las distintas perspectivas de dos obras a pie de uva que de algún modo reflejan el espíritu de sus tiempos.
En Cosas vivas, el español de origen argelino Munir Hachemi (Madrid, 1989) novela ma non troppo su reciente viaje con tres amigos para trabajar en los viñedos del sur de Francia. Estos jóvenes, más bien fiesteros, afrontan el deber con cierto aire romántico que enseguida se disipa al descubrir unos campos de cultivos biotecnológicos, tratados de manera nada saludable, en los que los contratistas les imponen condiciones draconianas que aceptan por estricta necesidad (de dinero). El paisaje y el contexto –seudoesclavismo, compañeros que desaparecen– se van tornando inquietantes,desdeelhorrorde“lanavede los pollos” a las plantas hermafroditas que se aparean ellas mismas, si bien Hachemi contrarresta el mal rollo con un constante y sutil humor de fondo que se recibe como un resquicio de aire puro.
Lo absurdo y el peligro latente agitados en la canícula francesa por la ingenua frescura de unos chavales cada vez más tensos, crea una absorbente atmósfera algo kafkiana, sobre todo una vez Hachemi se sacude el corsé ensayístico que atenaza a la historia en su metaliterario tramo inicial. Cuando deja que la acción exprese las ideas, consigue una narración delicadamente perturbadora que contiene la rabia y la decepción como parte de una normalidad ante la que sólo cabe la impotencia... aunque también se encarga de subrayar que a veces los fantasmas nos pueden, y las cosas no son tan nefastas como parecen.
Una vibración bien distinta emite el relato del objetor de conciencia Antón Castro (Arteijo, 1959), que viaja desde su Galicia natal a la Cariñena de 1978 con un farcino –navaja La vendimia representa el paisaje central de las dos novelas Arriba, el escritor y periodista Antón Castrroel autor español de origen argelino Munir Hachemi y, abajo,
De la atmósfera kafkiana y peligrosa de Hachemi, al canto idílico sobre buscar lo deseado de Castro
para cortar racimos– y un cuaderno Sagitario en el que anota el día a día en las viñas donde se zafa del servicio militar. Cariñena es un luminoso relato de iniciación lleno de bodegas y moscatel que mezclan bien con las lecturas de Aleixandre, Lorca o las canciones de Lluís Llach que tanto gustaban a Castro, y con las historias de Miguel y Andrés, sus jóvenes compañeros de faena que hablan de sexo y aventuras con el refrescante descaro de la democracia en ciernes.
En la época las cosas estaban claras: un barracón con literas ocupadas por decenas de temporeros, algunos de ellos bien rudos, pero conscientes de un sueldo suficiente y de la buena salud de un campo que fascinó al autor. Las matas exuberantes, el orden de las hileras en las que se hunde a cortar pámpanos, los colores del cielo... “Aquí te gusta más el vino”, es la sentencia del chaval que a veces se comía los racimos que cortaba confiando en su calidad.
Castro plantea un canto a la valentía de buscar lo que deseas entregándose a la poesía y a las personas de alrededor, y ofrece un libro escrito desde el cariño que se rescata por segunda vez, prueba de su vigencia... o de la necesidad de recordar queexistióunmundoasí.
Munir Hachemi Cosas vivas
PERIFÉRICA. 160 PÁGINAS. 14 EUROS
Antón Castro
Cariñena
PREGUNTA EDICIONES. 150 PÁGINAS. 12 EUROS