El patriarcado se escandaliza
Tendencias El Thyssen muestra dos acciones performativas que buscan visualizar la tradición de dominación masculina en el arte (y la sociedad)
FERNANDO GARCÍA
“¡Vaya tela!”, “¡Qué vergüenza!” “Puro postureo”, “¡Vándalos!”… Las reacciones en las redes ante la exposición que el Museo ThyssenBornemisza ha abierto en Madrid bajo el título Patriarcado confirman la pertinencia de la muestra. Se trata de sendos vídeos de acciones performativas a cargo de las artistas Cristina Lucas (Jaén, 1973) y Eulàlia Valldosera (Vilafranca del Penedès, 1963). En el primero, Habla (2008), la propia autora golpea con un mazo una reproducción de la escultura de Moisés, de Miguel Ángel. Y en el segundo, Dependencia mutua (2009), una mujer de la limpieza bruñe la estatua de un emperador romano, “tocando y mancillando el objeto de culto en el templo del arte”, en el Museo Arqueológico de Nápoles.
La exposición se inauguró el 8 de febrero y permanecerá abierta hasta el 31 de marzo, de manera que su ecuador prácticamente coincide con el día internacional de la Mujer, el 8 de marzo. Patriarcado forma parte del programa Kora del Tres fotogramas de ‘Habla’, el vídeo que recoge la acción performativa en el que la artista, Cristina Lucas, golpea la estatua del ‘Moisés’ de Miguel Ángel Thyssen-Bornemisza, que arrancó el año pasado con la muestra Paloma Navares. El jardín de la memoria. El nombre de la iniciativa anual, Kora, alude a la que, según el mito corintio recogido por Plinio el Viejo en su Historia natural (siglo I), fue la inventora del retrato en pintura.
Con la proyección alternativa y continua de las dos performances, la responsable del programa y comisaria de la exposición, Rocío de la Villa, quiere presentar dos aspectos contrapuestos o paradójicos de la relación de las mujeres con el patriarcado: por un lado, el deseo de romperlo en pedazos; por otro lado, el hecho de que está “metido en las entrañas” de cada cual, explica el director artístico del museo, Guillermo Solana.
La representación de la hegemonía patriarcal es en ambos casos, sin embargo, “una estatua que resulta colosal pero lógicamente está inerte; no se excita ni reacciona”. Es en suma –plantea Solana- “un tigre de papel y un símbolo vacío”.
En Dependencia mutua, el trata- miento fílmico de la performance montada por Eulàlia Valldosera en Nápoles “hace que los fantasmas de la libido femenina afloren en la anodina acción de una limpiadora” que da lustre a la escultura de un emperador.
La acción de Lucas ante el Moisés, sin intermediarios, es por el contrario pura destrucción. Vestida de morado, la artista le da duro a la figura con el mazo: primero desde el suelo y luego esquilada sobre sus hombros para tratar de decapitarla. Le propina una paliza pero no acaba del todo con él. Y al final exclama: “No dice nada. No habla. No hay respuesta”. Lucas alude así a la leyenda según la cual Miguel Ángel, al culminar su obra, dio un martillazo a la estatua y gritó: “¡Habla!”.
El vídeo de la jienense es el que provocó las reacciones más furibundas, especialmente en la cuenta del Thyssen en Facebook. Alguien llegó a comparar los golpes de Lucas al Moisés con los destrozos que los talibanes causaron en monumentos milenarios de Afganistán. “Hay gente que sólo ve lo literal; gente que carece de inteligencia y sensibilidad pero sobre todo de sentido del humor”, replica Solana en referencia a la vertiente irónica de la actuación de esta artista.
El desafío al patriarcado, la provocación, la actitud iconoclasta y hasta la destrucción pueden ser formas de arte. Algunas respuestas prueban que funcionan. Que son oportunas.
Patriarcado: Cristina Lucas / Eulàlia Valldosera COMISARIA: ROCÍO DE LA VILLA. MUSEO THYSSENBORNEMISZA. MADRID. WWW.MUSEOTHYSSEN.ORG. HASTA EL 31 DE MARZO