Marca de lo diverso
Por tercer año consecutivo el festival de verano de la ciudad de Barcelona lleva el sello programador de Cesc Casadesús, lo que tal vez se transluce en cómo se afianza la heterogeneidad del programa, en el que es difícil decir qué pesa más, si el teatro que tanto le caracteriza o la música, la danza, el circo… Siempre en una gran variedad de registros y sin olvidar la variada procedencia de las propuestas. A modo de declaración de principios vale el espectáculo inaugural de este año en el escenario del Teatre Grec de Montjuïc: los estadounidenses Kronos Quartet (uno de los cuartetos de cuerda más inclasificables del panorama mundial) se presentan con músicas de Gershwin o Philip Glass, entre otros, acompañados especialmente con los fascinantes paisajes digitales de la creadora visual Alba G. Corral.
Tras el Kronos, el escenario al aire libre de Montjuïc acogerá teatro, con piezas como Jerusalem de Jezz Butterworth dirigido por Julio Manrique sobre el fin de las utopías, o La tienda de los horrores en versión de Àngel Llàcer y Manu Guix; música, con propuestas tan diversas como El Niño de Elche, Chick Corea, Jordi Savall o una Brexit Big Band de la mano de Matthew Herbert (en programación compartida con el Sónar); danza, con los canadienses Ballet BC; o el circo contemporáneo de Backbone
con los australianos Gravity and Other Myths. Y como cierre, un poco de Shakespeare, con una compañía que es ya un clásico de los veranos barceloneses y que cumple diez años: Parking Shakespeare, con dos obras del inglés: Titus Andrònic
y L’amansi(pa)ment de les fúries.
Pero no se acaba en Montjuïc el festival. Los teatros de la ciudad El pianista Chick Corea pondrá las notas jazzísticas a la programación musical del festival de verano de Barcelona
acogerán destacados estrenos, como el monólogo de Isabelle Huppert dirigido por Brian Wilson, Mary Said What She Said , en el Lliure; o Casa de nines, vint anys després, dirigida por Sílvia Munt en el Romea. Y también habrá teatro en la Beckett, la Villarroel, el Goya, el Brossa, la Sala Hisroshima, el Akadèmia... Sin olvidar las buenas dosis de danza en el Mercat de les Flors, por donde pasarán desde la australiana Sydney Dance Company hasta los norteamericanos de la A.I.M. de Kyle Abraham pasando por Cesc Gelabert o el experimento coreográfico de Mariantònia Oliver protagonizado por diecisiete mujeres de entre 62 y 76 años.
En conjunto, un programa diverso, como suele ser marca, para atraer a la ciudad diversa. S.C.