Reflexiones para caer y levantarse
Voy a proponerles tres lecturas para este verano: Breve historia de la verdad (ÁTICO DE LOS LIBROS) del filósofo Julian Baggini, En la mitad de la vida (LIBROS DEL ASTEROIDE)deltambiénfilósofoKieranSetiya y Voces de Chernóbil (DEBATE), crónica del futuro, la recuperación de un ensayo imprescindible de la escritora bielorrusa Svetlana Alexiévich.
Nos sumerge en el camino que han recorrido durante siglos nuestras ansias de conocer la verdad. No hay día en que no se ponga en duda una noticia. Para algunos, es el triunfo de la posverdad. Sin embargo, señala que debemos estar alerta y “ver que la afirmación de que vivimos en un mundo de posverdad es la más perniciosa de las mentiras”.
Las creencias o los fundamentalismos nos exponen a una verdad perfecta de la que nadie puede escapar a su influjo, por muy fantasiosa que sea. Y, sin embargo, lo más preciado de una sociedad es la posibilidad de ir tras la verdad y revelarla. Entre todas las culturas, sólo Occidente ha puesto en el centro de su continuidad histórica la razón y la verdad, hasta el extremo de utilizar la creatividad como herramienta para elaborar una mentira que sustituya a la verdad. En este sentido, la ocultación y el no reconocimiento de la verdad por las autoridades soviéticas en relación al desastre nuclear de Chernóbil permite comprender mejor la creatividad con la que George Bush puso frente a nuestros ojos, inexistentes armas de destrucción masiva en Irak. Son verdades creadas, como indica Baggini, “que cambian la realidad para bien o para peor” o, llevado al extremo del cinismo, “es mentira, pero, ¿a quién le importa?
¿Qué ocurre cuando las mismas estrategias del engaño las ejercemos en nosotros mismos? Ésta es una de las cuestiones que elabora Kieran Setiya en su ensayo En la mitad de la vida. En él advierte cómo el miedo a envejecer y convertirnos definitivamente en adultos abre un cisma en nosotros. Si bien el libro es un encendido alegato sobre lo provechoso que es para los hombres y mujeres afrontar con la mente abierta y decidida la edad en la que empezamos a hacer balance de nuestra vida, también advierte hasta qué punto estamos dispuestos a ocultar la verdad para no aceptar que el tiempo avanza sobre nosotros.
La capacidad que tiene el hombre de regatear la verdad, tanto desde el poder como desde la esfera individual, es tan pronunciado que la voz de la escritora Svetlana Alexiévich alertando sobre la catástrofe de Chernóbil se abre ante nosotros como el más certero aviso para que no actuemos contra ella, si queremos salvar el planeta de nuestras interesadas mentiras. En su alegato contra la desmemoria, la ocultación y la banalización de las víctimas nos dice: “Chernóbil no sólo significa conocimiento, sino también preconocimiento, porque el hombre se ha puesto en cuestión con su anterior concepción de sí mismo y del mundo”. El monstruo de Chernóbil no sólo generó una radioactividad que seguirá entre nosotros miles de años sino que precipitó a la Unión Soviética al colapso y a su caída libre hacia el engaño y el autoengaño.
Tres ensayos para caer y levantarse, pues en cada uno de ellos se proponen vías para comprometernos con la verdadyhacernosfuertesconella.