En coche al fin del mundo. No, pero literalmente.
Un coche oxidado y abandonado en medio de un paisaje polvoriento. Con temperaturas disparadas, niveles de contaminación por las nubes y alcaldes que aplauden a las grúas que se llevan las jardineras –un hito de la comunicación política–, el cartel del festival de cine de Sitges de este año no podría ser más apropiado. Como dijo el director del certamen, Ángel Sala, en la presentación del programa, Mad Max. Salvajes de la autopista, que cumple 40 años de su estreno, anticipó la idea del coche como instrumento para el Apocalipsis. Finalmente, a la hora de crear el póster y el hilo conceptual del festival, la influyente serie australiana se impuso a la otra película que hizo de 1979 un annus mirabilis para el cine de género, Alien, el octavo pasajero, que también tendrá su hueco en Sitges.