Otros escritores de la ‘jet set’ americana
es el gran retratista del patriciado americano. Neoyorquino, aspiró a un orden social que acabó encontrando en la aristocracia británica. Sus ficciones ponen en escena a una galería de tipos que transitan entre EE.UU. y el continente europeo, y cuyas fortunas no les eximen de padecer conflictos crónicos. Retrato de una dama, Las bostonianas y Los embajadores son sus obras mayores.
(1843-1916)
ha sido el mejor diseccionador de las clases acomodadas de los años veinte y treinta, la llamada era del jazz. En su obra cumbre, El gran Gatsby, mostró despiadadamente cómo estaban hechos algunos ricos de Long Island: “Eran personas despreocupadas. Destrozaban cosas y criaturas y después se refugiaban en su dinero”. En Tierna es la noche volvió a dar fe de la bancarrota del sueño americano.
(1896-1940)
Nadie como Edith Wharton ha descrito las clases dominantes neoyorquinas de finales del XIX. En La edad de la inocencia o Las costumbres nacionales supo pintar las enmarañadas jerarquías sociales de las familias de alcurnia y deslindó las relaciones entre el dinero, el status y las exigencias del corazón. Acabó divorciándose de su multimillonario marido y estableciéndose en Francia, a su aire.
(1862-1937)
Truman Capote en el relato Desayuno en Tiffany’s alegorizó la atracción por el glamour de los más ricos.En su madurez quiso ficcionalizar su conocimiento de primera mano del beau monde,pero la que había de ser su opera magna, Plegarias atendidas, se quedó en “ruedas de petardos ya quemados y restos de cohetes” (John Richardson dixit).
(1924-1984)