La guerra de las mujeres
Novela histórica Nieves Muñoz describe el horror de Verdún desde el punto de vista femenino
Las descripciones de batallas en la literatura son innúmeras y, como la vida misma, se atienen a una falta de ser asidas que llama la atención: desde las épicas de la literatura occidental fundada por Homero, pasando por la del príncipe Arjuna indostaní y las batallas de masas de la narrativa china, hasta llegar a la modernidad con las descripciones, esta vez, confusas y carentes de dirección porque están descritas del lado de los combatientes, no de los generales y sus mapas con banderitas.
Y ahí inauguran Stendhal y Tolstoi, donde se apunta claramente a la mirada nihilista que la mayoría de los escritores que asistieron a la Gran Guerra describieron en sus novelas sobre esta, desde la primera novela de Hemingway, desde El fuego, de Henri Barbusse, desde Adiós a todo eso, de Robert Graves, desde La habitación enorme, de E.E. Cummings, a la que puede ser uno de los gritos más desgarradores escritos sobre esa guerra, la primera parte de Viaje al fin de la noche, de Céline, y desde luego, Erich Maria Remarque y un muy joven Jünger con un libro que aporta una mirada épica a un mundo que es un paisaje Un grupo de enfermeras de la Cruz Roja en un desfile en la Primera Guerra Mundial