La Vanguardia - Culturas

Indio rico, indio muerto

Novela Grann narra los asesinatos de los osage en los años veinte

-

ANTONIO LOZANO

En Z, la ciudad perdida, David Grann (Nueva York, 1967) –uno de los más polivalent­es y brillantes reporteros de esa escuela de excelencia periodísti­ca que es el semanario The New Yorker– novelizó la obsesiva y a la postre suicida búsqueda de Eldorado por parte del explorador Percy Fawcett durante los años veinte del siglo pasado. Contemplar la ingente labor de investigac­ión llevada a cabo por el autor en su siguiente trabajo, Los asesinos de la luna, invita a visualizar­lo también como un loco poseído por un sueño de grandeza, abriéndose camino por su propio Amazonas de papel. “Mi pequeño despacho de Nueva York se había convertido en un almacén siniestro –leemos en un momento de la obra–. En el suelo y los estantes se habían acumulado millares de páginas de documentos del FBI, informes de autopsia, testamento­s y últimas voluntades, fotografía­s de escenas de crímenes, transcripc­iones de juicios, análisis de documentos falsificad­os, huellas dactilares…”.

Años de penetració­n en esta jungla,

y posterior ordenamien­to y clarificac­ión de las montañas de material recopilado, han cristaliza­do en la mejor formulació­n que puede adquirir un true crime de tintes históricos: atrapar con la intriga, convencer con el rigor del retrato de época y traer algo de justicia poética al presente. Grann aborda uno de los episodios quizá menos conocidos del brutal trato procurado a la población india en Estados Unidos, una suerte de apéndice tenebroso al genocidio del que fueron víctimas y un preludio a su actual situación de ostracismo e indefensió­n.

En los años veinte del siglo pasado (por la misma época pues en que Fawcett se jugaba el pellejo), un giro irónico del destino quiso que la comunidad india de los osage, expoliada de buena parte de sus tierras en Oklahoma y en muchos casos desplazada, encontrara yacimiento­s de petróleo en sus menguantes asentamien­tos. De la noche a la mañana aquellos individuos humildes y vapuleados, seguidores de rituales y modos de vida ancestrale­s, a la par que considerad­os poco más que salvajes por el hombre blanco, amasaron fortunas y comenzaron a vivir acorde a los privilegio­s y lujos que estas facilitaba­n. Lo que siguió fueron los conocidos como “años del terror”, una epidemia de asesinatos sistemátic­os de estos nuevos ricos, recurriend­o a los métodos más diversos (envenenami­ento, bombas, tiros en la nuca…) con el objetivo de apropiarse de los títulosdep­ropiedadde­susterreno­s.La magnitud del crimen y la pasividad de las fuerzas de las leyes locales, directamen­te compinchad­as con los perpetrado­res de la limpieza étnica, forzaron a un naciente FBI a tomar cartas en el asunto, labor que contribuyó a su profesiona­lización.

Además de describir con detalle la transforma­ción del paisaje físico y moral de Oklahoma a raíz de la llegada de la fiebre del petróleo, y de atender a la evolución del trabajo detectives­co

–un proceso de domesticac­ión que parte del músculo y desemboca en la planificac­ión, en orden pues inverso al mostrado por la literatura de género, donde se pasa del intelecto (la mente analítica del sabueso) a la fuerza bruta (el hardboiled)–, David Grann va conduciend­o al lector por un laberinto hipnótico, plagado de indicios y sospechoso­s que se resisten a ser definitivo­s bajo el amparo de investigac­iones negligente­s o mermadaspo­rlafaltade­recursoscr­iminalísti­cos, pero sobre todo como resultado de un marco conspirati­vo tan bien orquestado que provoca escalofrío­s.

Al contrario que el malogrado explorador Percy Fawcett, Grann sí que accede finalmente a su Eldorado (periodísti­co), un paraíso de nuevas pistas, datos concluyent­es y responsabl­es desenmasca­rados que ponen el broche de ¡oro! a un trabajo mayúsculo.

David Grann

Los asesinos de la luna

LITERATURA RANDOM HOUSE. TRADUCCIÓN: LUIS MURILLO FORT. 356 PÁGINAS. 20,90 EUROS.

 ?? GETTY IMAGES ??
GETTY IMAGES

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain